XSxon muchos ya los indicios que hay a nivel mundial de que el cambio climático es un hecho, y de que las emisiones de dióxido de carbono retienen el calor y provocan una elevación global de las temperaturas. Una consecuencia directa de esto, anunciada por los científicos, son los efectos catastróficos sobre la naturaleza, por que el aumento de temperaturas da lugar a ciclones y huracanes.

La situación es alarmante y es necesario tomar medidas para intentar frenar el cambio climático o ralentizarlo lo más posible. Una de esas medidas sería la aplicación del protocolo de Kioto, que aún no se ha hecho, y la primera actuación en este sentido, el plan de asignaciones, se ha quedado corta y no compromete a nada. De hecho, en Extremadura parece que a las empresas no les va a afectar nada. Eso es muy grave, porque lo importante es ir reduciendo las emisiones de dióxido de carbono y que el que contamine, pague.

Es la única fórmula para inducir a buscar técnicas para reducir las emisiones. Si a las industrias les sigue siendo gratis contaminar, emitirán lo mismo o más. De este modo, para que las empresas continúen con sus beneficios, los efectos los pagaremos todos, bien sea con los daños inmediatos como los producidos estos días en Arroyo de la Luz o Acedera, o con otros que van más lentamente, como la aparición de enfermedades o la desaparición de cultivos. También, y aquí se está viendo ya, hay un efecto medioambiental, y los animales están variando sus hábitos migratorios, los ciclos biológicos cambian...

Es cierto que nosotros podemos habituarnos a otro clima, pero tendríamos que variar nuestro modo de vida y enfrentarnos a cambios en los cultivos y a enfermedades infecciosas ligadas al calor.

Lo que está pasando son señales de alarma a las que debemos prestar atención, para, entre todos, poner los medios para pararlo.

*Portavoz de Ecologistas en Acción en Extremadura