INCUMPLIMIENTO DE LAS NORMAS

La senda de los despreciables

Ángel Iglesias Mora

Esperaba con ansia el cambio a la fase II para retomar mi ruta por la ronda norte. Era, una hora y media sublime. Casi mágica, por lo sencillo. Con un audiolibro y el frescor de la mañana, retomaba la energía necesaria para encarar el nuevo día. Me ha resultado deprimente. Salvo honrosas excepciones nadie respeta las normas de seguridad. Ni se ponen mascarillas, ni respetan la distancia social, ni (ciclistas incluidos) el sentido de la marcha. Mascarillas, que se podría evitar llevar, al disponer de espacio suficiente para el distanciamiento. Van en grupo y más que hablar, se escupen. Caminar por el carril peatonal en esta mañana del día 25 de mayo me ha sido imposible, lo hice por el rastrojo, evitando a estos mamarrachos, en extremo despreciables. Como curiosidad, los incumplidores todos eran machotes, las mujeres con las que me crucé, observaban escrupulosamente las reglas dadas. Vuelve uno a casa, con la intranquilidad de haber sido contagiado por algún mamarracho. Por lo que a mi respecta, me autoimpongo la fase 0.

LA FOTO DE CASADO

El ego y el espejo

Pedro Campo Rol

Madroñera

Patética la foto de Casado ante el espejo, el grifo abierto y cara de falsa pena. A los fallecidos los mata un virus, no los mata Sánchez o Merkel o Macron, etc. y sus gobiernos. Lo que sea con tal de salir en los medios: el cierre del Ifema, el discurso a las ovejas en el establo o la «revista» en la Puerta del Sol. ¿Guardaron luto el 11M, con 200 asesinados en Atocha, el Pozo etc.; o con las chicas del Madrid-Arena que recién fallecidas, la alcaldesa del PP se largó a un spa de lujo; o los muertos del Mediterráneo huyendo de la hambruna y la guerra; o el Yak-42? La foto se la ha hecho en un wáter. ¿Significa eso que todos esos muertos le importan una mierda? Este tío irrelevante tuvo la mayor debacle electoral perdiendo casi el 50% de los votos, y ahora quiere ser presidente del Gobierno de España.

LUCHA CONTRA EL COVID

El absurdo fumigado callejero

Pablo Alejandre Calviño

Azuaga

Pulverizar las calles con lejía una vez por semana no sólo es absurdo sino que nos ocasiona a los vecinos muchas molestias y daños materiales, amén de problemas de salud: la lejía es un agente tóxico y corrosivo que empeora alergias y deteriora nuestros coches, fachadas, puertas y ventanas; pero no es eficaz contra la covid-19 porque, si el virus apenas sobrevive unas horas al ambiente, fumigando un día semanal continuaríamos expuestos la mayor parte del tiempo. Además, al menos en Azuaga, el paripé de desinfección se hace mediante una cisterna por el centro de la calzada, dejando casi intactas las aceras, que son lo más vulnerable. Basta ya de esta bobada electoralista, que nos perjudica con nuestro propio dinero para ganarse la papeleta del votante crédulo.

Contribución e información

Luis Cabaneiro Santomé

Lugo

Sabíamos de nuestra vulnerabilidad pero, la confianza que teníamos en la ciencia nos impedía ver hasta dónde alcanzaba esa vulnerabilidad. Afortunadamente, la ciencia salva vidas, pero desafortunadamente, no las puede salvar todas, porque atiende a razones económicas que condicionan su éxito, su capacidad para desarrollar vacunas y el tiempo para que estén disponibles. Esta pandemia pone de manifiesto que no éramos conscientes de nuestra fragilidad ante un virus y de que no teníamos ni idea de a qué nos enfrentábamos hasta que la tuvimos encima; que carecíamos de información suficiente que nos hiciera valorar la importancia de la investigación en nuestras vidas y que ninguna campaña nos puso sobre aviso de esta realidad de la que desconocíamos casi todo pero que sí entraba en las escaleta de los científicos, por lo que, o no nos interesaba, o nadie que sabía de nuestra ignorancia se preocupó de corregirla.