Italo Svevo (Trieste, 1861) podría ser considerado uno de esos escritores Bartleby que en un momento dado deciden renunciar a la escritura. No abandonó la literatura para siempre, pero fue un "autor del NO" durante veinticinco años, desanimado por la indiferencia de la crítica tras la publicación de sus novelas Una vida (1892) y Senectud (1898). Aclamado hoy por La conciencia de Zeno, novela magistral que hubiera caído igualmente en el olvido sin el apoyo de James Joyce , Svevo es todo un referente para los lectores atraídos por la psicología. El triestino estaba muy interesado por las teorías --entonces en auge-- de Sigmund Freud , circunstancia que se deja entrever en su obra. Senectud es un buen ejemplo de ello.

La narración, ambientada en la ciudad natal del autor, retrata la circunstancia de Emilio Brentani , un "literato en baldío" que, imbuido de sus propios sueños, cree gobernar con pulso firme la relación sentimental que mantiene con Angelina , una joven sin recursos, bella, misteriosa y en última instancia desequilibrante. Brentani cree estar tejiendo una telaraña donde recluir a su amante. Doloroso espejismo este, porque al final es el propio Brentani quien cae preso en la telaraña. Como contrapunto de la frívola Angelina está Amelia , la hermana de Emilio, un personaje dostoievskiano que vive enclaustrada en sus propias limitaciones.

Narrada con sencillez y una trama accesible, protagonizada por muy pocos personajes principales, Senectud es un friso psicológico sobre los celos, la fascinación erótica y, sobre todo, sobre ese amor fatal que se revela tóxico y pese a todo irrenunciable.