La falta de compromiso de muchos ciudadanos o su escasa sensibilidad hacia determinadas cuestiones nos deben hacer reflexionar. Uno de esos casos es el abandono masivo de cachorros a las puertas de la perrera municipal de Cáceres. Las voluntariosas personas que integran la protectora de animales no dan abasto recogiendo perros y gatos con pocas semanas de vida, que sus dueños no quieren seguir cuidando por razones quizá muy diversas. El problema es que lo cachorros no pueden permanecer en la perrera porque ya está masificada (y aún no ha llegado el verano) y por tanto son estos amantes de los animales los que se hacen cargo de su cuidado. ¿No había una ley de protección animal en Extremadura?

Tampoco destacan por su sensibilidad algunos porteros de centros de ocio nocturno. Aunque no se puede meter a todos en el mismo saco, si debían concienciarse de que su misión se limita a controlar el acceso a los locales, pero nunca pueden tomarse la justicia por su mano. Cuando surge algún problema, su obligación es llamar a la policía para que ésta determine quién tiene razón. Pero en ningún caso se pueden convertir en policías , pues no están autorizados para ello.