XOxtra cuestión muy distinta a la decisión del Alto Tribunal es el fondo de lo que se propone, que no era el objeto de la presente demanda. Se entiende esta sentencia mucho mejor en aquellos círculos mas formados, que distinguen las diferencias en derecho entre procedimientos y fondo. Un esfuerzo mucho mayor tendrá que hacerse para evitar indeseadas interpretaciones en el conjunto de la ciudadanía, que obviamente no la forman juristas expertos y en muchos casos pueden confundir el alcance cabal de esta sentencia. En todo caso es un ejemplo de oro para reflexionar sobre la tremenda torpeza, que significa la utilización partidista del Tribunal Constitucional.

Los riesgos de que ocurriera lo que ha ocurrido eran grandes, porque sobre una iniciativa que se avanza en un parlamento y que está sujeta a debate, no se puede predecir el resultado final de la misma, incluso en teoría, si será aprobada o no. Convertir una intención en ley necesita de un procedimiento formal reglado por las leyes y tan solo cuando éste se ha culminado puede entrar el Tribunal Constitucional, tanto sobre el fondo de la cuestión como sobre el procedimiento.

No obstante la cuestión es polémica, ya que cinco magistrados del Constitucional han votado en contra, y queriendo creer que el oportunismo político es ajeno a los jueces, la controversia de esta sentencia está servida, abriéndose un debate para juristas expertos, que puede hacer las delicias de la Academia de Jurisprudencia, pero que a muchos ciudadanos les eja perplejos.

Desde Montesquieu es mucho lo que ha llovido, y han sido múltiples y diversos los intentos de conseguir sistemas realmente eficaces, que garantizasen la independencia del Poder Judicial, y la verdad es que se ha avanzado mucho en esta dirección, pero sigue siendo una asignatura difícil, ya que la relación entre poderes es obligada y la propia constitución del Poder Judicial compleja. Hasta ahora, no ha habido poder político, que en la medida de sus posibilidades no haya pretendido tener una influencia mayor o menor en el Poder Judicial, es una lógica debilidad humana. Pero las debilidades humanas suelen ser comunes a todos, y el Poder Judicial también lo forman hombres, así que no puede extrañarnos que el comportamiento de este o aquel magistrado acuse un cierto grado de politización. El que no resulte extraño no significa que sea bueno ni conveniente. No hace falta ser un eminente jurista, para evidenciar la profunda inconstitucionalidad del Plan Ibarretxe y su intento de hacer saltar por los aires esta hermosa Nación que es España. La desestabilización profunda que este plan representa hay que enmarcarla en la peor tradición carlista, y será en las Cortes españolas, único lugar donde reside la soberanía del pueblo español, donde se dará buena cuenta de él, rechazándolo por una abrumadora mayoría. A estos efectos, hay que agradecer el ofrecimiento del jefe de la oposición señor Rajoy, que explícitamente se ha pronunciado sobre esta cuestión, evitando dudas y dando seguridades, lo que es muy digno de tenerse en cuenta. El Gobierno, como es su obligación, ha estado rápido y certero en su posicionamiento, y la voz de nuestro flamante ministro de Justicia, catedrático de Derecho el mismo, ha sido rotunda al afirmar que "el Plan Ibarretxe es claramente inconstitucional". El Gobierno actual hereda una magnífica tradición histórica de la izquierda española, de defensa de la unidad de España en la libertad y la diversidad. Con seguridad que hará honor a ella.

*Ingeniero