WSw erbia ha pasado página. Así lo indica la detención de Ratko Mladic, el exgeneral serbobosnio responsable de los peores crímenes cometidos en suelo europeo desde la segunda guerra mundial, entre ellos la matanza de Srebrenica (8.370 muertos) y el sitio de Sarajevo. Que el anuncio de la captura después de 16 años de evasión lo hiciera el propio presidente de Serbia, Boris Tadic, abona la tesis. Belgrado ha emprendido un proceso de reconciliación tras los insensatos y violentos delirios de dominación étnica que llevaron a las guerras de los Balcanes y a la desintegración de la ex-Yugoslavia. Con el reformista Tadic al frente, Serbia ha pedido perdón por las atrocidades cometidas en Croacia y en Bosnia, y se ha manifestado dispuesta a negociar con Kosovo, pese a no reconocer su independencia. La detención de Mladic es un paso más en este camino que lleva a Europa, una vía no exenta de obstáculos ya que enfrenta al presidente con el nacionalismo radical. En Bosnia, a los familiares de las víctimas de Mladic solo les quedaba la esperanza de que se hiciera justicia. Ha pasado mucho tiempo, demasiado, pero al final podrán ver al carnicero de Srebrenica sentado en el banquillo ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, junto a otro criminal serbobosnio, Karadzic. Serbia camina hacia Europa, donde espera encontrar estabilidad política y económica. Por el contrario, la herencia que dejaron aquellos criminales en Bosnia es tal que aún hoy es difícil vislumbrar un futuro en aquel país multiétnico.