Los datos del Servicio Extremeño de Salud (SES) del 2008 correspondientes a consultas, intervenciones quirúrgicas y pruebas diagnósticas, ponen de manifiesto el estancamiento de su actividad: apenas se percibe un leve descenso, con respecto al año anterior, en el número de pacientes que están pendientes de operarse y que han rebasado los seis meses de espera, que es el tiempo máximo establecido por la ley antes de recurrir a que el paciente se opere en la sanidad privada. Con todo, el principal problema que tiene el servicio público sanitario de nuestra región no se está, como hace años, en la demora de las intervenciones quirúrgicas, sino en las visitas al especialista. De hecho, de los 5.600 extremeños que están esperando más de lo que marca la ley (en las visitas al especialista son dos meses), 5.400 están pendientes de esa consulta. Lo cual prueba, una vez más, que entre los grandes, y estructurales, problemas del SES se encuentra la falta de médicos, y de entre ellos, de oftalmólogos, dermatólogos y traumatólogos, las tres especialidades que aglutinan los dos tercios de la demora, según indica el director de Asistencia Sanitaria. Un problema que no es de atención sanitaria, ni siquiera de organización sanitaria, sino de educación. Porque si faltan médicos, habrá que ir a buscarlos a la Universidad.