En los años 80 y 90 quedaron patentadas para la historia las teorías del economista liberal Milton Friedman y su Escuela de Chicago . Algunos de los principios en los que se basa su teoría de aplicación de libertad absoluta en los mercados expuestos en su libro Capitalismo y Libertad , consisten en déficit cero, ajustes y reducciones de presupuestos sociales, privatizaciones masivas de recursos y servicios, y desregulación total de la economía productiva y financiera para que los mercados se equilibren por sí solos. Además, una clave no despreciable para implantar su modelo económico radicaba en operar en países con fuertes crisis políticas y socioeconómicas; e incluso, crear previamente estados de shock colectivos para asustar e inactivar a la población, y justificar de este modo, la tarea inexorable de someter a la economía a un purgamiento y adelgazamiento del sector público en sustitución por un paquete de medidas ultraliberal que reactivase la economía. Este tipo de terapia económica miltoniana es, de facto, la que se está manejando para gestionar la crisis actual por parte de los líderes, y se asemeja en demasía a lo que antaño sucedió con la implantación de modelos económicos liberales en Sudamérica y otros países y los catastróficos daños sociales que acarrearon las recetas económicas de la Escuela de Chicago aplicadas por el Banco mundial y el FMI en susodichos países. Teniendo como precedente lo arriba escrito, es paradójico el estado de acongojamiento permanente al que nos someten las noticias financieras que los medios de comunicación se ocupan de ventear, convirtiéndose esta congoja en el eficaz método de amilanamiento e incapacitación social que usan los poderes político-económicos para recrear a beneficio propio las estructuras jerárquico-funcionales que compondrán el venidero Estado Social Capitalista (o más bien asocial) que pretenden refundar los mandamases mundiales. Por doquier nos informan de la crónica enfermedad que padece la economía mundial, observamos impávidos la quiebra de países, la deuda soberana amenaza con desequilibrar el castillo de naipes que conforma el sistema financiero y otras muchas calamidades económicas y sociales (desempleo masivo, moderación salarial, pensiones reducidas-). Este desasosiego que destilan las noticias permanentemente son, como digo, el ardid perfecto para provocar en el ciudadano el shock psicológico que permite el grado de maleabilidad anímica adecuado para efectuar las inmediatas recetas de ajuste y reformas en la economía sin que nadie critique ni mueva un dedo para detener los paquetes de injusticia social y desigualdad ascendiente (el ejemplo más reciente es el de Italia) que nos depara el futuro y que sufriremos en nuestro país dentro de muy poco tiempo.

XSIN EMBARGOx, los análisis económicos objetivos realizados en crisis pasadas, como por ejemplo la de los Tigres Asiáticos a finales de los 90, han revelado con gran claridad que la aplicación de este tipo de terapias económicas draconianas en periodos de tiempo breve solo conducen a la estanflación y la depresión económica, lo cual, es administrar más veneno al moribundo. Además, lo dramático de los programas de estabilización de este estilo, estriba en que las reducciones sociales se trasladan y recaen exclusivamente en la población de clase media y humilde. Por tanto, esta miseria planificada arrasa las economías hasta pasados unos lustros, las diferencias y desigualdades entre los más ricos y los más pobres se triplica y la dictadura financiera moldea con sus juegos especulativos los Parlamentos y Constituciones de los países, anulando por completo la democracia y la soberanía nacional. De este modo, se va desguazando todo el entramado legal e institucional que recoge los derechos sociales y políticos de la ciudadanía, convirtiendo los países-estado en coto privado de los amos del dinero. En resumen, la solución de la crisis por los métodos de la Escuela de Chicago, no son el fin del calvario, sino el principio de un largo túnel oscuro y angosto por el cual tendrán que pasar más de dos tercios de los ciudadanos europeos y de otras latitudes. Por ello, en necesario que la conciencia ciudadana sea activada de inmediato, la actitud pasiva significa ahora mismo ni nada más ni nada menos que el tañer de las campanas por el sepelio de los logros sociales que se han conquistado en los últimos 50 años. Es mucho lo que se pierde si dejamos que los cirujanos económicos de la tecnocracia afilen el bisturí para seguir la liposucción a los presupuestos sociales, mientras por el otro lado inyectan dinero a espuertas al que ya le sobra y solo lo utiliza para especular y enriquecerse a costa de los sacrificios del ciudadano medio. Es hora de parar la revolución chicagüense , ésta ya ha infligido demasiado daño y perjuicio a los más pobres del Planeta durante muchos años. Rebelémonos ante la pobreza, la codicia y la servidumbre económica que siembran la ideas de un obtuso profesor de Universidad que jamás pensó que las ideas tienen consecuencias, en este caso descoyuntadoras de la sociedad civil.