Una mina puso en el mapa a Cáceres y su impulsor, Segismundo Moret, ha dado nombre a un barrio. 2.000 personas se manifestaron el sábado contra otra mina, la de litio, cerca de la Montaña. Y si había dos mil personas podemos aventurar que había dos mil móviles con batería de litio. Al parecer el litio es bueno solo si no lo extraen cerca de tu casa. Han aprovechado el santuario de la Montaña, tan venerado por los cacereños, para atacar el proyecto de la mina. Pero no tiene nada que ver una cosa con la otra. Lo que sí importa son las decenas de chalets ilegales --propiedad de gente rica de la ciudad-- que hay en la falda de la Montaña. Además, ahí ya existía otra mina. No entiendo que los cacereños, una ciudad donde el paro es una auténtica lacra, se diga no a una industria sin siquiera haber conocido los planes de la empresa. Yo digo sí a la mina. Y os conmino a cuantos pensáis como yo para manifestarnos a favor. Una manifestación nocturna, con las linternas de nuestros adorados móviles encendidas para reivindicar el litio y el progreso.