TEtl lenguaje de la Navidad es verbal e iconográfico; el habla de la Navidad --que es otra cosa-- es imaginario. El primero pertenece y obedece a los intereses del capitalismo; el segundo pertenece y obedece al espacio de la fantasía y la abstracción, de lo que sólo es alcanzable a través de nuestra imaginación cargada de ilusionados deseos.

El lenguaje de la Navidad tiene significantes propios que van desde el estribillo de un villancico --fun, fun, fun,-- hasta... y próspero año nuevo . Estos significantes son dichos y comprados hasta la saciedad: cantamos (decimos) villancicos y compramos postales de Navidad todos los años. La repetición cansa y los enemigos de la Navidad van siendo multitud aunque nada pueden contra El Corte Inglés y sus alegres seguidores. El habla de la Navidad, sin embargo, es gratuita en todos los sentidos. Es la parte que encanta a los niños y a quienes nunca han dejado de serlo. Es el espíritu de la Navidad que nadie sabe exactamente qué es pero que el lenguaje navideño ha sabido traducir con aplastante eficacia publicitaria: "vuelve, a casa vuelve, por Navidad".

*Psicólogo social