El VIH rebrota dentro del colectivo de los jóvenes menores de 20 años que practican el sexo sin protección. Eso se produce por desinformación, por inconsciencia o por un exceso de confianza provocado por la creciente eficacia de los fármacos que combaten los síntomas del sida. Ante el incremento de casos, resulta imprescindible mejorar la información en la educación sexual y pensar en más vías para facilitar el acceso a los preservativos. Porque son el método más eficaz para evitar el contagio, y no una "ruleta rusa", como los define irresponsablemente el cardenal encargado de la política de familia del Vaticano, Alfonso Pérez Trujillo .

La Iglesia católica tiene derecho a defender que, desde su punto de vista, es preferible evitar el riesgo de contagio recurriendo a la castidad. Pero no puede ignorar la evidencia de que los jóvenes practican el sexo y que la verdadera ruleta rusa es que lo hagan sin tomar precauciones. Al utilizar, además, estadísticas manipuladas para desinformar y crear inseguridad sobre el uso del preservativo, la jerarquía eclesiástica peca contra la verdad y contra el sentido común en una materia en la que lo razonable es intentar preservar la salud y evitar embarazos no deseados.