Hola Antonio. Ojalá no estuviera escribiéndote ahora estas líneas entre lágrimas y pudiera ver la televisión y no hablaran de ti, o lo hiciesen pero en otras circunstancias; ojalá todo sea una pesadilla o un error del que nos podamos incluso reír, porque así te veía yo siempre: sonriente, luchador, amante de tus colores, y compañero y amigo incluso de los enemigos.

La vida es injusta a veces y nos hace ver la realidad sin desearla, sin esperarla y en esta ocasión sin razón. Yo sólo te conocía como uno entre los muchos apasionados de ese deporte que tú tanto amabas y el cual te ha hecho, con apenas 22 años, destacar en la vida y crecer, siendo admirado por los más grandes tanto dentro como fuera del campo.

Distes muchas alegrías a los tuyos, a tu equipo llevándole a esa final soñada y a tu afición, que con todo el cariño siempre te recordará. En estos días Antonio has sido el centro de atención y la persona que ha tenido en mente tanto un servidor como todo el mundo del fútbol. Realmente quiero pensar que esto era pequeño para ti, que eres importante en otro lugar, pero siendo egoísta, hubiéramos deseado disfrutar aún mas todos de ti y haber podio ver cómo levantabas la copa de la vida. Sólo me queda envidiar a aquellos que te conocieron y a los que ahora, donde vayas, conocerás, se llevan a un campeón.

Cuídate y hasta siempre.

Pedro Ramírez **

Almendralejo