En estos tiempos de crisis parece que, sobre todo desde el ámbito público, se es mucho mejor gestor y mucho más honrado cuanto más dinero se puede ahorrar en cualesquiera de los gastos corrientes y ordinarios que tiene cualquier administración pública.

Estamos hartos de oír como se vanagloria la clase política presentando presupuestos recortados, --ya sean anuales, o concretos de alguna actividad que financian--, achacando que en estos tiempos de crisis eso es lo correcto y que lo contrario no sería ético.

Y yo me pregunto: ¿Qué ocurriría si todos los ciudadanos optásemos por hacer lo mismo?: sin ninguna duda habría una gran desaceleración del consumo, lo que reportaría la gran temida deflación (parece que ya la tenemos más lejos que hace medio año) y sobre todo provocaría la pérdida de numerosos puestos de trabajo, pues es regla primordial de economía básica que para crear empleo hay que estimular el consumo. ¿O no?

Señores políticos, por favor sean coherentes en sus mensajes, si hay que estimular el consumo para hacer que funcione la economía, para que ésta a la vez cree puestos de trabajo, no es lógico que nos hagan ver por otro lado que cuanto más ahorran (es decir menos consumen) mejores gestores son. No confundan el despilfarro con las inversiones públicas.

Juan C. Nieto Conejero **

Mérida