Todos los días, cuando paseas por la calle puedes ver numerosas personas desfavorecidas, sentadas en el suelo rogando la compasión. Quizá nunca nos hallamos preguntado cómo es el día a día de esas personas. Muchos pasan horas viendo como pasa la vida por delante de ellos, como pasan miles de personas junto a ellos y muy pocos son los que se paran para dedicarles unos minutos. Para muchos de ellos un rato de conversación o simplemente una sonrisa es mucho más que el dinero que le puedes dar, pero hay veces que no se les da ni eso. Estando en una situación tan complicada como en la que están ellos una sonrisa puede significarles mucho y a nosotros no nos cuesta nada. Si nos paramos a pensarlo, ¿tan difícil es hacer feliz a alguien? Es algo que está al alcance de todos y nunca lo debemos de negar a nadie. Si nos ponemos en su situación se puede entender mucho mejor, ¿a quién estando en una complicada situación no le gusta que alguien se ofrezca a ayudarle o que les consuelen? Pues eso mismo les ocurre a ellos. Sin esos detalles es muy complicado que puedan dar el paso adelante para retomar el curso de sus vidas.