La nueva realidad universitaria, inspirada en lo que se ha dado en llamar el Espacio Europeo de Educación Superior, exige que se vayan materializando algunos de los cambios que tantas expectativas han despertado en el seno de la universidad y de la propia sociedad. Uno de esos cambios afecta a la metodología y al uso de nuevos instrumentos de enseñanza-aprendizaje, que sustituyan a los tradicionales métodos soportados sobre los sagrados pilares de la enseñanza magistral y el aprendizaje fielmente reproductivo.

Como una aportación práctica a esos cambios se nos ofrece a profesores y alumnos la posibilidad de una herramienta como es la de la simulación. Simulación entendida como la representación de un proceso o de un hecho real mediante otro más simple, que permite analizar sus características. Simular una intervención profesional es realizar un conjunto de actividades sobre un soporte tecnológico de tal modo que dichas actividades puedan ser replicadas más tarde de modo real.

Este concepto de simulación y su utilización práctica tienen aplicación en muy distintos campos y está siendo incorporada, con gran éxito, entre otros, al mundo de la enseñanza-aprendizaje. En realidad lo ha estado siempre, solo que ahora es posible recrear situaciones que pueden ser simuladas con un gran realismo. Y todo ello gracias a la incorporación de las nuevas tecnologías capaces de recrear procesos y hechos que pueden ser programados, intervenidos y manipulados de acuerdo a las necesidades del usuario. Y así como un viaje en automóvil o un vuelo en avión pueden ser simulados antes de que se hagan, podemos hacer que otras muchas actividades sean vistas y practicadas antes de que se produzcan de verdad.

XENTRE LOSx campos de aplicación de la simulación nos interesa destacar el de la simulación en el ámbito sanitario. Con una finalidad muy concreta: que los estudiantes y profesionales aprendan, practicando con simuladores, lo que después deben hacer en beneficio aquellos a los que atienden. Es cierto que la formación práctica de los enfermeros cuentan con un largo historial en el uso de medios tecnológicos próximos a la representación de la realidad. Además en su aprendizaje práctico han contado con un alto grado de comprensión y favor social otorgado por la singularidad de las prácticas sanitarias. Pero los viejos sistemas deben ser superados a favor de escenarios de mayor realismo y seguridad para todos.

Tres son los tipos de simulación disponibles para la práctica de la enseñanza-aprendizaje en el sector sanitario: En primer lugar la simulación escénica , una metodología de enseñanza-aprendizaje cuyo objetivo es que el alumno consiga conocimientos teóricos y competencias en el manejo de distintas situaciones que pueden ir desde la recogida de información útil a la exploración física, etcétera. Se suelen utilizar actores que previamente se han aprendido un guión con el que interpretar el papel de enfermo o demandante de atención sanitaria, y lo realizado puede ser gravado y visionado con posterioridad para analizar lo realizado

La segunda de las posibilidades son los simuladores de realidad virtual para entrenar habilidades manuales, adquirir conocimientos teóricos y entrenarse en competencias para una toma de decisiones con garantías. Este sistema tiene la ventaja de su capacidad de procesar lo realizado por el alumno lo que le posibilita obtener datos objetivos sobre la ejecución adecuada de las distintas técnicas para su posterior análisis.

La tercera de las posibilidades es la de la simulación robótica . Este sistema utiliza maniquíes que simulan pacientes. Los sistemas más complejos cuentan con distintos dispositivos electrónicos y mecánicos capaces de ofrecer respuestas automáticas que discriminan la buena de la mala práctica. Simulan situaciones muy parecidas a la realidad y hacen posible la adquisición de competencias de conocimientos teóricos y habilidades de situaciones de gran complejidad, la toma de decisiones, el trabajo colaborativo y habilidades técnicas singulares.

En este entorno sería deseable que nos moviéramos intensamente en el futuro. En el uso de estas herramientas se están significando ya algunas universidades, instituciones innovadoras y los propios sistemas de salud. Los futuros procesos de recertificación profesional deberían apoyarse en el uso de los simuladores, y la formación permanente de los profesionales de la salud debería contar con estos medios de entrenamiento y evaluación de conocimientos.

Invertir en simuladores en la Uex es apostar por el uso de instrumentos de innovación en el proceso de enseñanza-aprendizaje, que exige la Convergencia Europea. Los futuros sistemas de formación permanente y recertificación de los profesionales de la salud, deberían pensar en la pertinencia de su utilización. Procurar sinergias, para realizar las necesarias inversiones en su adquisición y rentabilizar su uso deben formar parte de una misma estrategia. Otras comunidades autónomas ya han convertido el pensamiento en acción y forman a enfermeras y médicos apoyándose en la simulación.

*Director de la Escuela de Enfermería y Terapia Ocupacional.