TCtuando los políticos utilizamos los datos para justificar posiciones, en muchas ocasiones se nos acusa de no bajar a la realidad de la calle. Esta semana he vuelto a visitar distintas localidades de nuestra tierra y he podido hablar con pymes, autónomos, comerciantes, vecinos... Y todos coinciden en lo que llevamos advirtiendo hace meses: "Extremadura está paralizada". La calle dice lo que muestran los datos.

Nuestra responsabilidad como partido de la oposición nos obliga a hacer un seguimiento de todas y cada una de las áreas de la Junta de Extremadura, y aunque suene sesgado, todas las consejerías aportan lo suyo al desgobierno que vivimos.

Si ponemos la lupa en la Consejería de Hacienda --con un cristal sin aumento bastaría-- vemos cómo ha convertido a Extremadura en campeona nacional del déficit y en la región más morosa con los proveedores.

Ahora por Economía. No sabemos el modelo económico por el que apuesta la Junta, pero sí sabemos que nos han revisado el crecimiento en dos ocasiones, que baja el número de sociedades constituidas, y que las exportaciones o la producción industrial se desploman. También con posiciones de pódium nacional, cómo no.

Tampoco Educación y Empleo se salvan, y sino fíjense en los profesores de religión o música, la chapuza en la prueba de sexto, las becas complementarias universitarias sin pagar cuando ya han terminado las clases, o en los parados generados en el último año.

Agricultura, con manifestaciones ante la falta de gestión en la tuberculosis, el bloqueo de las elecciones al campo, las mentiras sobre la ejecución de los fondos europeos y el retraso en los pagos de la PAC.

Sanidad y Políticas Sociales, con citas médicas para marzo de 2019, o 4.000 personas esperando la renta básica y más de 18.000 esperando para ser incorporadas al sistema de la Dependencia.

Esta lupa, que ponen ya muchos ciudadanos, muestra la urgencia de convocar un Consejo Extraordinario de Gobierno que apruebe medidas para solucionar la grave situación por la que atraviesa Extremadura, pero esas medidas no pueden ser puestas en marcha por un gobierno con calificación de insuficiente. Ha llegado la hora de acometer una remodelación.

Decía nuestro admirado Adolfo Suárez que "el poder se tiene mientras se ejerce y su única legitimidad es la entrega total al servicio de los demás". Ni se ejerce ni hay entrega total.