No hay alegría en la casa de los pobres; el socialismo español está en horas bajas y todo son problemas. Por si faltaban, la crisis cruzada del Constitucional y el Estatut termina por complicar el panorama de José Luis Rodríguez Zapatero hasta el punto de que en sus intervenciones en directo se le nota una apabullante falta de confianza en sí mismo. Hay temor a nuevos ataques especulativos y la noticia de 24.000 parados menos en abril ni siquiera se esgrime con firmeza porque existe el temor de que el mes que viene se repitan las noticias a la contra.

Y termina la presidencia europea sin un respiro, una nota de gloria o un recuerdo triunfante para la historia; una presidencia concebida como el punto de inflexión de una legislatura para arrancar un esprint final con crisis de Gobierno y aires de victoria. Nada de nada.

Hay un tema que es un arma de doble filo: la posible victoria sobre el terrorismo en esta legislatura. Sobre el papel, el único factor que podría modificar al alza las perspectivas electorales de Zapatero. Pero el PP ha olido la sangre y se ha excitado. Primero fue Jaime Mayor Oreja , con su irresponsable e inadmisible equiparación entre Zapatero y ETA. Pero ahora la concatenación de la desaparición de De Juana Chaos , la liberación de Díez Usabiaga y la excarcelación de Iñaki de Rentería han reavivado los rescoldos del PP, que podría cancelar su apoyo a la estrategia antiterrorista del Gobierno.

No hay más datos fijos que el posicionamiento público de la izquierda aberzale, el desconcierto de la banda y una cierta sensación de cambio de ciclo. Pero se empieza a barruntar que la cita de las municipales podría ser el momento en que se produzca uno de los dos milagros: que ETA anuncie el abandono de la lucha armada o que los herederos de Batasuna se lo exijan.

Es un balón de oxígeno envenenado en un momento de baja credibilidad del Gobierno, que será acusado por el PP de abrir una nueva negociación, aunque no sea cierto. Y el margen de maniobra de Zapatero está minado por la terrible sombra del atentado de la T-4. El túnel tendrá salida, pero desde luego todavía no hay un rayo de luz.