Ha comenzado la cuenta atrás para todos aquellos locales de ocio, bares, restaurantes y discotecas de más de 100 metros cuadrados, que permitan fumar dentro de sus instalaciones. A finales de agosto, los propietarios de unos 2.000 establecimientos extremeños deberán tener rematadas --en caso de que se permitiera fumar en el local-- las obras para crear los espacios libres de humo que separen a los no fumadores de los que lo son. Con la entrada en vigor el 1 de enero de la ley de medidas sanitarias frente al tabaquismo, se acordó conceder una moratoria de 8 meses, es decir hasta el 31 de agosto, para que estos locales pudieran realizar las obras pertinentes y cumplir con lo establecido. A falta de pocos días, los hosteleros extremeños reconocen que muchos no han adaptado todavía sus establecimientos a las exigencias de la norma, mientras que los médicos critican que los empresarios no se están tomando en serio el cumplimiento de la ley.

Haciendo repaso a estos primeros siete meses de la ley, parece claro que la norma ha sido efectiva en los centros de trabajo, pero no en otros ámbitos de la sociedad, como la hostelería, donde el tabaquismo ha aumentado de manera ´alarmante´ hasta un 20 por ciento en algunos establecimientos, según datos de la Sociedad Española de Neumología. Pero, a partir del 1 de septiembre, el problema puede ser otro. Porque, ¿a quién le corresponderá la labor inspectora para comprobar si se cumple la ley? Autonomías y municipios ya han mostrado sus diferencias.