Aparte del anuncio, que se reservó para sí, del aumento moderado (el 2,3%) de la luz, no hubo ninguna otra novedad en la conferencia de prensa de balance del año de Mariano Rajoy , la única del 2013. Todo lo demás fueron valoraciones triunfalistas de la situación económica y evasivas en los asuntos más polémicos como la corrupción, el registro de la sede del PP o la ley del aborto. Para el presidente del Gobierno, la economía va mejor que ayer, pero aún irá mejor mañana. Ese es su discurso, junto a las lamentaciones habituales de que ha hecho lo que ha hecho no porque quisiera, que no quería, sino porque se ha visto obligado. Así, las expectativas de un 2014 mejor le sirven para tapar los recortes del 2013, el aumento del paro, la rebaja de las pensiones o la congelación del salario mínimo. Es cierto que la prima de riesgo, las exportaciones y otros datos macroeconómicos han mejorado, pero lo malo es que la gente no lo percibe.