Profesor

Entre las costumbres electorales que practican los partidos políticos españoles, se encuentran la de enviar sus candidaturas por correo y en sobres propios, o incluso el de repartir casa a casa las papeletas con los ya mencionados sobresitos .

Rara son las elecciones en las que estos sobres tienen el mismo tono de color que aquéllos que son autorizados por las juntas electorales para su utilización en los colegios electorales, a pesar de ello son autorizados siempre sin más. Algunas veces, como este año en los del PP, las diferencias de tono eran tan evidente con los oficiales, que algunos interventores populares listillos podían incluso ver a distancia a quienes traen su sobre preparado o no desde casa. En un pueblo de la comarca de Mérida, al que uno le guarda mucho cariño, muchos de los vecinos que querían votar este año al PSOE, hartos de este control o descontrol, han tenido la curiosa idea de votar al aspirante socialista a la alcaldía, utilizando tanto los sobres normales como aquéllos que el PP les había llevado a casa, consiguiendo con los resultados finales del 25 M un mosqueo mayúsculo del alcalde popular, que sólo ha ganado las elecciones por unas decenas de votos, cuando se había vanagloriado de su victoria por goleada. La goleada quien sí la consiguió en este pueblo y a nivel regional ha sido el PSOE, a costa curiosamente tanto del alcalde popular que se presentaba a las autonómicas como del señor Floriano, cuyo cartel electoral no se ha pegado en esta localidad, ¿traición a su jefe de filas? Me cuentan que este alcalde venido a menos , anda chungo sin saludar a casi nadie, temeroso de que lo esté haciendo a alguien que no le haya votado o sobreado .

¡País de personajes de capa caída!