Escritor

AMiguel Mihura le ha salido una sobrina, que si éste levantara la cabeza, la dejaba sólo las deudas de la herencia. En el sombrío panorama de la sociedad hispana, ayudada por un régimen llamado centrista, cuando debiera llamarse otra cosa más cercana a lo centrípeto, los programas de la televisión, con excepciones, esclarecen bastante la situación. En uno de ellos se comentó el libro sobre el sexo de Sara Montiel, en que ésta aseguraba que el primer orgasmo de su vida lo había sentido gracias a Miguel Mihura, que fue el que la desfloró con 17 años. Se comentaba esta circunstancia, cuando sonó el teléfono de aludidos , que es algo que está dando mucho juego porque cierra el círculo dramático de la acción. La que llamaba era la sobrina (debe ser la única) de Miguel Mihura. Su voz era menuda, de soltera sin compromiso, y además madurita. Se quejaba que se aludiera a su tío, nuestro gran Miguel Mihura, por haber participado en tan deleznable cosa y tratando de recomponer la imagen de Mihura. Por poco la destroza. Se ve que esta sobrina madrileña forma parte del acerbo propio de los personajes de Mihura, en que su propia sobrina se va a quedar con las ganas de participar en algo tan raro y hermoso como es un orgasmo, y máxime con Sara Montiel con 17 años que era una belleza de las de excepción.

Quiero dejar muy claro con esta columna que a partir de ahora si Estíbaliz Sanz, o Sonia Monroy, o la exreina de Jordania, o quien sea, escribe que yo fui el que participó en el primer orgasmo de su vida, quedan desautorizadas todas mis sobrinas a decir lo contrario o a salir en defensa mía. El problema de las sobrinas es tremendo, y ahí está el exgolpista García Carrés, que una sobrina iba a tirar unas cintas y las ha donado a TVE, donde éste queda como lo que fue, un hombre impropio de su tiempo metido en los caldos más oscuros, como el crimen de los abogados de la calle Atocha. No es el mismo caso que el de Miguel Mihura, pero que quede claro: sobrinas, abstenerse.

La verdad es que este país se regenera a diario con su vida pasada, lo que pasa es que el pasado de España es insondable y terrible. Siempre y en cualquier caso.