Municipalismo ha sido y es un concepto unido al socialismo. Los y las socialistas apostamos por municipios fuertes, competentes y con recursos que les permitan atender las necesidades de sus vecinos y vecinas, así como enfrentarse de manera ágil y eficaz a nuevos retos.

Bajo estas premisas se construye el compromiso del Gobierno de España con unas entidades locales que han vivido los que probablemente sean los peores 8 años del municipalismo en nuestro país, desde que un gobierno del Partido Popular aprobara de manera unilateral la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, vigente a día de hoy y causante de la asfixia económica, abandono y pérdida de competencias de la institución más próxima a la ciudadanía, que hoy se ve lastrada y realizando el mayor de los esfuerzos en la lucha contra la pandemia.

La responsabilidad del Gobierno de España con nuestras Entidades Locales propició un proceso de negociación de más de dos meses en el seno de la FEMP -órgano de representatividad legítima de todos nuestros ayuntamientos- para encontrar una solución que salvara el escollo temporal de la modificación del marco normativo y permitiera aumentar la liquidez de estos de forma inminente. Dos meses en los que ninguno de los interlocutores presentó opción alternativa a la propuesta del gobierno para poder hacer uso de los remanentes sin infringir la normativa vigente y que dieron como resultado un acuerdo en el que se recogen las aportaciones realizadas por los ayuntamientos y que, además, suma las conclusiones a las que llegaron los grupos políticos representados en la Cámara Baja, mejorando así los acuerdos de la Comisión de Reconstrucción. El resultado: un acuerdo en el que la práctica totalidad de ayuntamientos y grupos políticos coinciden que contiene un 85% de medidas muy ventajosas, pero también contiene puntos discrepantes entorno al uso de los remanentes sin solución legal alternativa a la planteada.

Llegados a este punto, cabe recordar que el arte de la política debiera estar en la capacidad de llegar a acuerdos en favor del interés general es aquello que mejora las vidas de cada uno de nosotros y nosotras, permitiendo dar soluciones a los retos a los que nos enfrentamos. Por eso no me cansaré de decir que necesitamos mucha política de altura, frente a la distorsión del partidismo que todo lo empaña por la irresponsabilidad de líderes políticos sin sentido de estado y, mucho menos, de servicio público. Los líderes del ruido, de la descalificación y del «cuanto peor mejor» volvieron a perder la oportunidad de construir; no lo hicieron en la fase de elaboración de un acuerdo que sólo utilizaron como saco de boxeo, ni ante la posibilidad de hacerlo en sede parlamentaria, aportando en su tramitación como proyecto de ley. Su máxima: acabar con todo en la obsesión compulsiva de acabar con el Gobierno de España, aunque en el camino también caiga esa España que tanto manosean y usan de elemento ornamental.

Vuelvo al inicio de estas líneas para afirmar que socialismo es municipalismo y nuestras convicciones nos refuerzan ante las dificultades. Este relato aún no ha acabado, el Gobierno de España no dejará a nuestros vecinos y vecinas en la estacada y a contracorriente, de ahí que no haya perdido tiempo en suspender la regla de gasto para que los ayuntamientos puedan utilizar su superávit.

Seguimos avanzando, se admiten sugerencias.

*Diputada nacional del PSOE por Cáceres.