WEw l presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, no hizo un discurso al uso en su alocución institucional sobre el Día de Extremadura: se refirió, sí, a la crisis; a la necesidad de que las comunidades, antes que de sí mismas, se preocupen del conjunto de la nación; a la defensa de la libertad de expresión y a la honorabilidad y necesidad del ejercicio de la política; a la extremeñidad de Guadalupe... Pero también citó un concepto que sonó a nuevo: el de las sociedades imbatibles. Se refería Vara a aquellas decisiones que nacen del seno de la colectividad y que, debido a un compromiso social implícito, les permiten lograr sus objetivos o las protegen de amenazas o incertidumbres. El presidente puso el ejemplo de los incendios forestales: se temía que este verano hubiera un rosario de fuegos debido a las abundantes lluvias del invierno y de los no menos abundantes pastos de la primavera. Sin embargo, no ha sido así --de hecho la superficie quemada ha sido un 86% menor que la del año anterior-- debido al compromiso, no expresamente acordado pero sí asumido por todos, de cuidar el monte y, además, de estar pendientes, si surgía el más mínimo atisbo de incendio, de avisar al 112. Ambos cuidados han hecho de los extremeños una ´sociedad imbatible´ frente a los fuegos del verano. Este concepto, el de la sociedad imbatible, debería extenderse a otros ámbitos de la colectividad y afrontar problemas como el del maltrato animal, vino a decir Vara, que aunque no forma parte de la gran agenda ni de las preocupaciones políticas sí marca la temperatura cívica de un pueblo.