Está pareciéndonos normal lo que no parece así ni siquiera a nivel de la calle, ya no nos sonrojamos por nada, nos vamos acostumbrando a las cosas más disparatadas. Siempre se ha entendido con cierta facilidad que cuando se querían conseguir objetivos comunes, había una entrega de esfuerzo y de trabajo, es decir se practicaba la solidaridad. un valor de gran trascendencia para el género humano, pues gracias a ella no sólo ha alcanzado los más altos grados de civilización y desarrollo tecnológico a lo largo de su historia, sino que ha logrado sobrevivir y salir adelante luego de los más terribles desastres. Es tan grande el poder de la solidaridad, que cuando la ponemos en práctica nos hacemos inmensamente fuertes y podemos asumir sin temor los más grandes desafíos, al tiempo que resistimos con firmeza los embates de la adversidad

El Papa ha sentido vergüenza y también falta de solidaridad tras conocer la magnitud de la tragedia. de Lampedusa y ha dicho: "Hablando de crisis, hablando de la inhumana crisis económica mundial, que es un síntoma grande de la falta de respeto por el hombre, no puedo dejar de recordar con gran dolor las numerosas víctimas del enésimo trágico naufragio ocurrido hoy cerca de Lampedusa". El Pontífice ha invitado a "unir los esfuerzos para que no se repitan tragedias similares", ya que "sólo una decidida colaboración de todos puede ayudar a prevenirlos".

El drama humano que refleja esa catástrofe conmueve a todas las gentes de buena voluntad y las palabras del Papa Francisco al hablar del sentimiento de vergüenza está haciendo patente la exigencia de soluciones eficaces a los poderes públicos, ya sea la Unión Europea o los Estados, que no pueden lavarse las manos ni desviar la responsabilidad de unos a otros.

XTAMBIENx producen perplejidad algunas situaciones actuales que se suceden en la política de nuestro país, como la propuesta reciente de la presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez Camacho , claramente insolidaria con el resto de los ciudadanos españoles al pretender que se reconozca un modelo de financiación diferenciado para Cataluña dada su singularidad, olvidando un principio básico que dice que no son los territorios los que pagan sino quienes más tienen vivan donde vivan. Y en eso se basa precisamente el principio de solidaridad entre todas las regiones de España.

A pesar de esforzarnos en comprender la difícil situación de la presidenta del PP Catalán, no es posible admitir una propuesta semejante, que la hace plegarse de alguna manera (circunstancias de la cercanía que obligan), a una de las más significativas exigencias de los nacionalistas. De todas maneras, habría que ver de dónde sacan tanta singularidad de Cataluña, puestos a ser singulares, todos lo somos, pero la vida en común requiere una solidaridad entre todos.

Un principio rector del Partido Popular es el de la solidaridad entre todas las tierras y los hombres de España y el artículo 138 de nuestra Carta Magna garantiza ese principio interterritorial con el establecimiento de un "equilibrio económico adecuado y justo entre las diversas partes del territorio".