Escritor

Es una palabra relativamente reciente. Cuando yo era niño y en la adolescencia no existía esa palabra. No había perdón para los malos. Los niños que jugábamos en lo que se llamaba los glacis, la cuerda de presos pasaba al atardecer con rutina impasible el ademán. Los niños seguíamos jugando y nadie nos llamaba a la solidaridad. El gran tema del colegio era la concupiscencia. Eramos, según los maristas, unos niños que nos tocábamos la perindola y así nos quedaríamos sin memoria, como ha ocurrido, que nadie recuerda nada del pasado. Nos llevaban a la Ciudad Juvenil a cantar canciones guerreras que no hablaban para nada de solidaridad y sí de prietas las filas. Un pobre pidiendo en la calle era algo normal, y la cola para el rancho sobrante en los cuarteles, igual. Se hablaba, por el contrario, de la tentación a la disgregación. Los partidos disgregaban y por culpa de esa disgregación Franco inventa el Movimiento, que nunca se movió, por tanto nada se movía sin él. Se hacían campamentos y se hacía fuego de campamento y se leía a José Antonio, que nunca jamás habló de solidaridad. Sánchez Dragó nos pide ahora solidaridad con José Antonio... Se hablaba de la patria, que era una entera y libre, pero no era solidaria. Eso era peligroso. Así nadie se solidarizaba con nadie. Ahora sí se habla de solidaridad, y te piden que te solidarices con Bush, que tiene la cosa narices.

Badajoz no es una ciudad para ponerla de ejemplo de solidaridad, a excepción de cuando la riada, que sintió por vez primera esa necesidad. El mundo, las ciudades, comienzan a verle las orejas a la evolución de la especie, cuyos problemas comienzan a ser comunes. Hasta que te toca el cuponazo, y no lo repartes con tus amigos porque no se dejó escrito. Son las luces y sombras de la solidaridad, con más sombras que luces. Una patera en alta mar, lejos de acercarse a un barco, huye de él. ¿Qué pensará el rey de Marruecos? ¿Desayunará tranquilo?

Los avances de la humanidad no terminan de ir por ese camino. Como decía una extremeña del AVE: a falta de pan, buenas son tortas. El AVE será más o menos caro, llegará antes o después, pero es disgregador. Se trata de llegar antes. Y eso es lo malo. Se llega antes para nada.