El único gran acuerdo, en la Cumbre sobre el Clima de París, en el 2015, fue ratificar el pacto ya negociado previamente con la ONU, en el que los gobiernos y los inversores recaudarían más de 200.000 millones de dólares para buscar alternativas al calentamiento global; incluidos 30.000 millones en bonos verdes de bancos comerciales y 100.000 millones de un grupo de bancos de desarrollo, que serán los primeros en llegar, hasta el año 2020. Este capital servirá como coartada para el COP21 y para lavar la apariencia en la lucha no iniciada contra el cambio climático, conformándose con limitar la subida de la temperatura global a dos grados sobre los niveles preindustriales, haciendo un esfuerzo añadido, si fuera necesario, para intentar que no aumente más de 1,5 grados hasta el año 2100.

Volvemos a caer en la trampa: todos los problemas se solucionan gastando más dinero, abriendo nuevos mercados para nuevas tecnologías y para nuevos métodos de gestión más eficaz.

Pero en este asunto, más que en cualquier otro relativo a la salud de nuestro planeta, el único remedio es reducir el consumo de agua, de suelo, de madera, de carne, de energía... Valorar las materias primas no por el precio de extracción sino por el de reposición; y limitar la acumulación de riqueza individual y de grupos, para que todos podamos acceder a ese bienestar mínimo que garantiza la dignidad humana, sin poner en riesgo la sostenibilidad de la Tierra, como entramado vital en equilibrio absolutamente precario.

ESTUDIO

Violencia de género: lo que Vox oculta

Miguel Fernández-Palacios

Un estudio realizado con datos de 2010 a 2012 muestra que de 634 asesinatos analizados, 392 fueron ejecutados por hombres que mataron a hombres, 177 por hombres a mujeres, 44 por mujeres a hombres y 19 por mujeres a mujeres. Es decir, el 90 % de los asesinatos los perpetraron hombres, el 10 %, mujeres. Además, de 148 crímenes imputables a violencia de género, 131 son de varones que matan a su pareja o ex pareja y 17 a la inversa, 89 % vs. 11 %. La burda manipulación de Vox para emponzoñar el debate de una dolorosa y cruda realidad como es la violencia de género, se desarma con la verdad estadística. Así de fácil. Y siendo los varones los más violentos, la Ley de Violencia de Género ampara, como debe ser, a la parte más débil de la pareja y es palmario que los verdugos son hombres y las víctimas mujeres, por ser mujeres.

VIOLENCIA MACHISTA

No se callen, actúen

Alba Lizondo

El 25 de noviembre pusimos el punto de mira en la violencia machista. Una violencia que, recientemente, está siendo divulgada por una ultraderecha cada vez más empoderada que parece definir a las mujeres como humanos de segunda categoría; que pone en cuarentena sus denuncias y se pone de parte del acosador. Por suerte, somos muchos los que no apoyamos este tipo de pensamiento, pero también sé que son muchos los que cuando ven una situación de violencia de género se callan. El silencio también comunica, el silencio posiciona. Cada vez que nos callamos nos ponemos de parte del acosador.

SALUD MENTAL

Desaciertos de Joker

Ariadna Escalas

La película Joker ha despertado muchos debates en torno a las enfermedades mentales. La salud mental es un tema tratado con frecuencia en los medios, pero es comúnmente víctima de la tergiversación. En un intento de concienciación, la mala representación de los trastornos mentales en una película puede perpetuar los estereotipos. Joker acierta en unas cosas, pero se equivoca en otras. Una de las ideas más tóxicas es la asociación de la enfermedad mental con la violencia extrema. En el caso del archienemigo de Batman, su violencia se desencadena a raíz del deterioro mental, causado por alucinaciones e ideas delirantes. Esta representación errónea tiene fuertes implicaciones en el mundo real y conlleva un aumento del miedo y del estigma hacia los trastornos mentales.