En julio de 2009, tuvimos la ocasión de ver al ministro socialista de Asuntos Exteriores de España, señor Moratinos , encaramado a lo alto de la Roca con David Miliband y Peter Caruana que por entonces era el ministro principal de Gibraltar y Milliband miembro del Gobierno británico. "En el despacho del ministro de Exteriores en Madrid, hay un cuadro de Gibraltar desde que lo puso el extitular de la cartera, Fernando María Castiella , ministro de Franco y ahí sigue". Estas fueron las palabras con las que el ministro español señor García Margallo , comenzó su intervención en el Congreso al poco de su nombramiento como ministro también declaró su irrenunciable y rotunda voluntad en la reivindicación sobre el Peñón: "No retrocederemos sobre Gibraltar ni para tomar impulso" dijo entonces y por ello y alguna declaración más al respecto, le tacharon de ser incisivo en la cuestión de Gibraltar.

Quería retomar las negociaciones sobre un hecho importante, sin inmutarse ante la indiferencia secular que los ingleses muestran en el asunto .manteniendo su convicción de recuperar cuanto antes el llamado Proceso de Bruselas, por el que España y el Reino Unido se comprometieron en 1984 a negociar el dominio de la colonia, porque es un anacronismo la existencia de una colonia en terrenos de un país soberano y democrático.

Quizás habría que recordar que si los gobiernos de España hubieran demostrado su decisión en este tema, posiblemente la situación no sería la misma desde el siglo XVIII con esta cantinela, que a muchos jóvenes en los años 60 les llevó a manifestarse públicamente y de forma reiterada ante la Embajada Británica en Madrid, o ante El Corte Inglés, que tenía poco o nada que ver con el asunto, porque estábamos convencidos, o al menos eso creíamos, que lo de Gibraltar era un robo, porque la firma del tratado de Utrecht fue una entrega personal de un rey débil que con tal de reinar firmaba lo que le pusieran por delante

XEL PRESIDENTEx del Gobierno, Mariano Rajoy , y el primer ministro británico, David Cameron , se han reunido en el Palacio de la Moncloa en Madrid, reunión que se ha visto interrumpida por el fallecimiento de la señora Margaret Thatcher , exprimera ministra británica conservadora, que gobernó y transformó el Reino Unido con sus políticas liberales de reducción del Estado, durante los años 1979 al 1990, fue una figura política colosal por su influencia dentro y fuera de las fronteras del Reino Unido.

Tenían previsto analizar el futuro de la Unión Europea si el Reino Unido decide separarse, por medio del referéndum anunciado por el propio señor Cameron, y si sus ciudadanos así lo deciden, no sé si al Presidente Rajoy le habrá dado tiempo para exponer al Primer Ministro inglés su posición sobre la necesidad de seguir dando pasos decididos hacia la unión bancaria, fiscal económica y política.

Seguramente no les habrá dado tiempo de hablar de Gibraltar y el señor Rajoy no habrá podido entrar por delicadeza ante la situación creada por el fallecimiento de la exprimera ministra inglesa, pero no hay que olvidar que el Gobierno mantiene su reivindicación sobre Gibraltar, aunque fuentes del Ejecutivo han subrayado, que esta cuestión no es óbice para una "fructífera y necesaria" relación bilateral entre dos países que están regidos por gobiernos respaldados por partidos de centro-derecha.