Extremadura en sí misma es un gran laboratorio. Con nosotros se ensayan las más antiguas técnicas de exclusión social , de abandono, de desigualdad territorial, de déficit de infraestructuras y se observa como reaccionan los extremeños, esos que se manifiestan en Madrid por un tren digno cuando gobiernan unos y se quedan en el brasero silenciando el problema cuando lo hacen otros. Somos un gran Living-Lab para el resto del país, donde ven como ensayamos políticas de empleo durante 40 años que nos arrastran a la cola de desempleo de Europa llevando a nuestros jóvenes a abandonar nuestra tierra.

De que somos un gran laboratorio hemos tenido pruebas suficientes estas últimas semanas. Vicente fue el primer vacunado en Extremadura de Covid19 , un proceso de vacunación lento y farragoso que, sin duda, ha vuelto a poner sobre la mesa que no por tener muchas corbatas el SES funciona mejor, más bien al contrario, el talento salió por la ventana cuando entraron los carnets y no había plan preestablecido. Directamente cuando las vacunas llegaron se preguntaron ¿ y ahora que hacemos con esto?. Esa es la sensación que tienen los extremeños cuando ven que cerramos las estadísticas nacionales de vacunaciones, aunque de la boca del propio presidente Vara hemos conocido que no, que no fue por falta de previsión. Que no fue por falta de talento. Que no fue por falta de ideas. Que no fue por falta de proyecto. Aquí no se ponen vacunas porque tras inyectar algunas al principio, estos se usaron como cobayas. Aquí ni la Agencia Española ni Europea del medicamento pintan nada. Aquí Vicente y los que vinieron detrás están siendo las cobayas de un gobierno incapaz que, acostumbrado a convertirnos en un laboratorio de despropósitos, tiene en la vacunación contra esta terrible pandemia su más macabro exponente. Da igual que según el INE hayamos acabado el 2020 con 1758 fallecidos por este virus en nuestra región. Cobayas humanas. Escudos humanos. Escudos contra la torpeza. Escudos contra la inutilidad. Escudos contra la ineficacia e incapacidad.

Tenemos más cobayas estos días. Se llama Juan Pedro, es Policía Local en Alburquerque y su imagen irá siempre ligada a la palabra dignidad para todos. Tras deberle el consistorio socialista cuatro mensualidades decidió ponerse en huelga de hambre justo la semana del temporal Filomena. Justo esa. Huelga de hambre que pasó en la puerta de su Ayuntamiento por la que se paseó la alcaldesa socialista sin dirigirle la palabra. Otra cobaya. Otro experimento social. Todo el socialismo regional callaba de forma vergonzante mientras a más de 200 trabajadores se les adeudan tres y cuatro nóminas, mientras gente que sólo se ha dedicado a trabajar se convierten en cobayas del socialismo extremeño, con un secretario general que no abrió la boca para tener ni un simple detalle de ánimo con el policía local y solo empezaron a moverse los cimientos del PSOE cuando Miguel Angel Gallardo desde la Diputación de Badajoz hizo lo que tenía que hacer, pegar un puntapié al experimento, ponerse de parte de los trabajadores, abandonar el juego y hacer justicia. El único. Entre balbuceos y falsedades el Secretario General provincial de los socialistas apenas acertaba a decir días después que tenían que estudiar la situación. No tuvo suficiente con la foto de la dignidad de Juan Pedro con temperaturas extremas en la puerta del Ayuntamiento para el que trabajaba sin cobrar desde octubre. No tiene suficiente con que los proveedores y los empleados no cobren . Ni una crítica. Les fastidió tanto que Juan Pedro le echara agallas y defendiera lo suyo que alguno a veces cuestiona el significado de la “O” en el nombre. Casi tiene que buscarse un problema de salud un joven extremeño para conseguir recibir lo que se ha ganado con su trabajo en un ayuntamiento socialista, pero estos llegado este punto tienen que pensar. ¿Pensar?. Menos mal que aún queda gente con actitud ante los problemas y a la que no le tiembla el pulso.

*Diputado del PP por Badajoz

Son solo dos ejemplos. Solo dos de estas semanas en las que se ha vuelto a demostrar lo que significamos para algunos. Somos cobayas , a las que se puede engañar, a las que se puede mentir u ocultar datos, a las que se les puede dejar de pagar mientras no se quejen. Y yo me niego a una Extremadura en blanco y negro, apesebrada, llena de mediocres que no saben gestionar ni tomar decisiones. Y que experimentan con nosotros. El peor gobierno en el peor momento.