TLta vida es una caja de sorpresas y la realidad supera a la ficción. No es un tópico. Así los escritores realistas, que buscaban la verosimilitud, sorprendieron con heroínas tan verdaderas que en sus pasiones, torturas interiores y autodestrucción sobrepasaron con creces a las románticas. Por eso, la novela necesita del asombro. Y lo proporciona a diario la cotidiana historia. Vean si no, a la eterna madrastrona que es la Comunidad Europea comportándose --de nuevo-- de modo mucho más letal que la de Blancanieves , pues después de detallar los tremendos desequilibrios económicos de España, en lugar de proponer medidas para solucionarlos, amenaza, sí, amenaza, no con una manzana emponzoñada, sino con cascarnos una millonaria multa, remedio muy oportuno para ayudar a sobrellevar los malos tragos.

Admiro a Oscar Wilde y aunque él era hombre, inglés y un genio mientras que yo soy mujer, española y alfeñique literario, me gustaría nunca hablar en serio de las cosas que me importan, pese a que suelo ponerme con ellas muy solemne. Hoy sin embargo les llamo la atención sobre otra sorpresa aún mayor que la anterior, proporcionada por idéntica protagonista. Y es que la que ayer no más amenazaba como Cruella de Vil a los dálmatas, hoy en boca del presidente del Eurogrupo proclama que no se sorprendería si España sorprendiera convirtiéndose dentro de poco en el gran motor económico de la Unión. ¡Europeos todos, qué sorpresa!

No más que la que se llevarían el jueves algunos diputados socialistas en el Congreso, cuando arrastrados por un irreprimible feeling de empatía aplaudieron a las víctimas de las preferentes que abucheaban al unánime grito de ¡chorizos y ladrones! a los diputados del PP. Chaves reaccionó furioso y propinó un manotazo cerca del escaño de la diputada Esteve que ante tal desahogo, de la sorpresa o el susto lloró. Igual que lo hizo Beiras en el Parlamento gallego. Porque los nacionalistas también lloran. Menos Mas que más previsible aun que Rajoy sigue perenne con carita de aguantarse el eructo. Y es que no todo van a ser sorpresas.