En lo concerniente a las relaciones entre Europa y sus Estados miembros, no es extraño escuchar o leer en los medios reflexiones en torno al principio de subsidiariedad. Se trata, sin duda, de un término de actualidad política, tanto en Europa como en Extremadura. En el marco de una iniciativa de la Unión Europea, la subsidiariedad es el principio por el cual las decisiones se toman lo más cerca posible del ciudadano. Hablar de subsidiariedad es hablar de democracia, es tender puentes entre Europa y sus ciudadanos, entre Europa y Extremadura. Ante el reto que supone la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, creo conveniente analizar qué nos jugamos con su aplicación práctica.

En primer lugar, hay que decir que el principio de subsidiariedad entra en juego cuando hablamos de una competencia no exclusiva de la UE, pero éstas son la mayoría. Por lo tanto, la subsidiariedad ayuda a decidir en cuál de los niveles de gobierno (comunitario, nacional, regional o local) han de tomarse las decisiones. Se podría decir, que el principio de subsidiariedad responde a la cuestión de qué resulta más eficiente, dando prioridad, como norma, al nivel más cercano al ciudadano. Y es aquí donde subsidiariedad y democracia convergen, al garantizar que la Unión sólo intervendrá en aquellas situaciones en las que pueda aportar un valor añadido, es decir, cuando su actuación se muestre más eficiente que la acción local, regional o estatal. De lo que se trata es de asegurar que las instituciones más cercanas a los ciudadanos, que son las que más y mejor conocen las necesidades de éstos, puedan ejercer las funciones que les corresponden.

XVEAMOS AHORAx cómo se articula y cómo puede afectar a la dinámica de la política extremeña. Pongamos por caso que la UE decide emprender una propuesta legislativa en una competencia compartida con los Estados miembros como, por ejemplo, las ayudas de la Política Agrícola Común. Cuando el Tratado de Lisboa entre en vigor, la Comisión Europea, antes de efectuar tal propuesta, tendrá que realizar amplias consultas y pedirá opinión a los entes locales y regionales sobre una cuestión que les afectará en el futuro.

La participación de las regiones no acaba aquí. Una vez redactada la propuesta de acto legislativo, la Comisión la enviará con una ficha detallada directamente a los parlamentos nacionales. Serán éstos últimos los que actúen como los auténticos guardianes del principio de subsidiariedad. Contarán con un plazo de 8 semanas para remitir un informe y, como España es un país descentralizado, el parlamento nacional tendrá que consultar a los parlamentos autonómicos en aquellas materias en las que tengan competencias legislativas.

Es por ello muy importante, articular un procedimiento ágil que garantice una cooperación óptima entre los parlamentos autonómicos y las Cortes Generales. De ello, dependerá en buena medida el éxito de la aplicación de este mecanismo. Además, se protegerán las prerrogativas de las comunidades autónomas, potenciando una democracia participativa, descentralizada y cercana al ciudadano.

La Asamblea de Extremadura está trabajando con la vista puesta en el horizonte de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, refrendado ya por Irlanda y Polonia, que coincidirá con la Presidencia Española del Consejo de la UE en el primer semestre del año 2010. Por esta razón formamos parte, desde 2008, de la Red de Seguimiento de la Subsidiariedad en el marco del Comité de la Regiones. Una red que tiene como objetivo realizar consultas a nivel regional y local europeo de los proyectos legislativos provenientes de Bruselas, de manera que nos anticipamos al procedimiento previsto en el Tratado de Lisboa.

Por otro lado, el parlamento extremeño ostenta, desde el pasado mes de marzo, la presidencia de la COPREPA (Conferencia de Presidentes de Parlamentos Autonómicos), desde la que defendemos los intereses de nuestra región y de los demás parlamentos autonómicos en el seno de la CALRE (Conferencia de Asambleas Legislativas Regionales de Europa), potenciando la voz de las regiones españolas en Europa.

Así lo hemos hecho en todas las reuniones en las que hemos participado y, más recientemente, en la reunión de Barcelona que versó, precisamente, sobre el principio de subsidiariedad. Nuestro objetivo es conseguir que todos los parlamentos que forman parte de la COPREPA participen, junto a nosotros, en la citada Red de Seguimiento.

La subsidiariedad es, ante todo, una oportunidad. Del éxito en su aplicación dependerá que se alcance una Europa basada en una verdadera gobernanza multinivel e incluyente. Nuestro parlamento seguirá trabajando desde el compromiso, con rigor y entusiasmo, para conseguir una Europa más cercana, más democrática, en la que se pueda escuchar la voz de las asambleas regionales de toda Europa, así como la voz de los extremeños.