Leyendo la prensa hace unos días debo confesar que me quedé realmente perplejo. Una de las noticias decía que los directivos del nuevo banco llamado Bankia -que es el resultado de la fusión de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco pequeñas entidades-, van a cobrar ¡noventa! veces más que los empleados. El presidente de la entidad, el conocido expolítico Rodrigo Rato y los directivos Oliva y Verdú van a percibir cada año 10,5 millones de euros, algo así como 1.680 millones de pesetas, por lo que con 4 o 5 años en el cargo, podrán asegurar la vida y milagros de ellos mismos y de dos o tres generaciones de familiares.

Hace ya tiempo que leí que el sueldo de una gran parte de los ejecutivos, suele oscilar entre los 2 y los 5 millones de euros, es decir entre los 330 y los 750 millones de pesetas anuales. En concreto, el presidente de Telefónica, César Alierta, cobra alrededor de 8,5 millones de euros, o lo que es lo mismo, unos 1.450 millones de pesetas. ¡Qué bárbaros!, y porque estamos en crisis, pero más que sueldos parecen ser premios de la Lotería.

Para poder establecer comparaciones diremos que el sueldo medio de los empleados del nuevo Bankia es de unos 40.000 euros, casi 7 millones de pesetas, que tampoco está mal. Claro que para pagar tantos y tan altos sueldos, a todo cliente que pise el nuevo banco se le tendrá que cobrar por todo, incluidos los caramelitos que te regalan.

A pesar de que nos hablan de austeridad, los sueldos no son nada austeros, no predican con el ejemplo, y más con las enormes deudas que tienen por pagar los ayuntamientos.

Rafael Sendín **

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