Me resisto a cebarme en las consecuencias negativas de esta pandemia, que serán horribles según toda la lógica económica y los profetas que telediario tras telediario insisten en el presente horrible y en el futuro peor que incierto de bares, hoteles, restaurantes, chiringuitos, casas rurales y toda clase de autónomos, desde peluquerías a esteticistas, fisios, gimnasios y comercios de moda, ferreterías y todo lo que a usted se le ocurra, amable lector, así como loterías y papelerías, constructoras, y todas las empresas grandes y chicas, que las primeras ya están diciendo algunos sindicatos que se van a nacionalizar y las segundas, o abren ya o cerrarán para siempre.

Para siempre es una expresión muy fuerte que algunos románticos aplican al amor y algunos creyentes con fe de pedernal a la gloria o el castigo merecidos. Y una en estos días de contacto telemático con los chavales, recuerda a aquellos protestones que decían que la historia no es más que vidas de gente muerta que no les sirve para nada, e insiste en que el conocimiento de lo pasado es en ocasiones como esta la única forma de superar el presente. Mucho peor lo tuvieron los jóvenes de todo el mundo que en plena guerra del 14, cuando lo que tocaba era morir en las trincheras, sucumbieron en cambio a la gripe, porque no se puede morir dos veces. Superada una guerra y vividos de modo loco los felices veinte, a muchos de ellos les tocó morir en otra, si habían superado la pandemia, los gases o Verdún.

El mundo ha pasado desde que es mundo por momentos mucho peores. Y si no había un loco que animaba a la gente a inyectarse lejía sí había otro muchísimo más loco obsesionado con la raza aria que masacraba en cámaras de gas. Este cayó y el mundo siguió adelante. Si acaso miserable pero un poquito mejor. El que sabe historia, sabe que esto es así. Saldremos de esta, superaremos la depresión, y, pasados los momentos malos, los buenos nos parecerán mucho mejor. De momento, hasta que llegue la libertad, seguiremos denunciando lo que nos parece mal y manteniendo la esperanza y el afán de superación.

* Profesora