El año 2012 ya pasó a la historia. Será un año recordado por los recortes, las manifestaciones y el ajuste del déficit. Sin embargo, aún no podemos cerrar su capítulo. Uno de los datos que nos faltan para finiquitar y calificar los últimos 365 días, es el déficit que probablemente conoceremos en el mes de febrero. A la espera de que llegue el porcentaje más ansiado para los gobiernos de las comunidades, del país y de Europa, podemos deducir si la gestión del Gobierno de Extremadura ha sido responsable.

Visto que el objetivo de déficit se ha convertido en asunto de Estado para los gobiernos del Partido Popular, que a la vez que han obedecido la imposición de Merkel , han defendido y difundido la misma teoría como necesaria, podemos decir que en el caso del ejecutivo de Monago , la responsabilidad para con ese Objetivo ha sido más que aceptable. Eso sí, responsabilidad con el euro, con Moncloa, con los mercados, con el sector financiero y por último, con los ciudadanos, que aunque espero, seamos también beneficiarios de ese logro, seremos los últimos de la cadena en ver cubiertas nuestras necesidades y por tanto los últimos en ser atendidos.

Llegados al 2013 con anuncios de bajada de impuestos si la situación lo permite (inteligentemente ya todo discurso político se formula en tiempo condicional), el estado del déficit de la región tiene que ser de notable para arriba viendo el desarrollo, o mejor dicho poco desarrollo de Extremadura en el último año.

Décima arriba o abajo, el sacrificio de los extremeños por el cumplimiento del 1,5% está más que justificado. Lo argumentan la subida de impuestos, los recortes en sanidad y en educación, el retraso en los pagos o la baja ejecución presupuestaria de las inversiones para fomentar el empleo. Hasta octubre, la Junta había invertido un cuarto de lo presupuestado, sólo se habían gastado 95 de los 376 millones de euros disponibles y tenía pendientes más de 261 en pagos. En el décimo mes del año los ayuntamientos apenas habían recibido el 18% de sus transferencias.

Según el Diario Oficial de Extremadura (DOE), al término del tercer trimestre el presupuesto general se encontraba ejecutado al 50,4%. Incluso podemos contar con los dedos de una mano las partidas que han sido atendidas por el gobierno regional dado su carácter inevitable como son gastos de personal y gastos financieros. Son motivos más que suficientes para calificar el 2012 como el año de la obsesión por la contención del gasto pase lo que pase y pese a quien le pese.

XPEROx las últimas noticias, algunas reservadas hábilmente para rematar el año, auguran un 2013 menos duro en Extremadura. El adelanto de la extra de Navidad, los 5.000 euros para la contratación de jóvenes titulados o las recién anunciadas oposiciones para verano unido a que no se ha recurrido finalmente al FLA (el rescate autonómico), nos anima a pensar que en los próximos 11 meses, el objetivo de déficit no va a ser la tarea principal. Bajar del 1,5 al 0,7 debería ser más llevadero que del 4,59 al 1,5%, por lo que ya no estaría justificada la poca ejecución presupuestaria, que de ser así, estaría relacionada con la inoperancia. Dicho lo cual, el propósito para este nuevo año, es en primer y último lugar ser responsable con los ciudadanos promoviendo las inversiones y pagando a los proveedores.