Profesor de Investigación del CSIC

La UE constata indignada, en un informe reciente, que los derechos humanos no progresan en China, donde se siguen practicando la pena de muerte, la tortura... China queda lejos y los europeos deberían preguntarse si los derechos humanos se respetan en algún sitio. "Pobre del hombre que vaya por el mundo sin más garantía que su dignidad y la exigencia de los derechos humanos", decía Hanna Arendt. Nadie le hará caso.

Y la cosa no ha mejorado porque si por el hecho de nacer hombre se nos reconocen todos esos derechos, cualquier Estado debería respetarlos con cualquier ser humano. Pero no es así: sólo se respetan los que los estados han incorporado a su legislación. La política y el derecho se toman la dignidad humana con cuentagotas.