TDtos abogados han emprendido una batalla jurídica para obligar al Ministerio de Sanidad y Consumo a exigir a Tabacalera insertar en los paquetes de cigarrillos su fecha de caducidad. Uno de estos abogados, en una entrevista de radio, declaraba que el buen fumador sabe distinguir perfectamente el tabaco fresco del rancio. En mis años de fumador nunca supe distinguir el tabaco de dos días del de un año. Es más, si me quedaba sin tabaco en casa, arremetía contra los puros de las bodas de amigos que ya eran casi abuelos.

Posteriormente, en el mismo programa de radio entrevistaron al presidente de la Asociación de Estanqueros de España, y éste declaró que la intención de los abogados es crearse notoriedad y hacerse publicidad gratuita. Alegaba que todas las personas saben que el tabaco de por sí es muy perjudicial para la salud, por lo tanto es incoherente colocar una fecha de caducidad en un producto que puede producir el mismo efecto nocivo recién elaborado que a los diez años de su salida al mercado. Claro que si en las cajetillas de ahora nos advierten que fumar mata, en las que lleven fecha de caducidad deberían informar que una vez vencida esa fecha mata el doble. Quizá ayudaría a que la gente dejara de fumar, porque a ver quién es el valiente que se atreve a morir dos veces.

Me viene a la mente un tipo que conocí hace tiempo, al que llamaban Tancredo , porque se dedicaba a animar las corridas de toros haciéndose la estatua que no dice ni mu; muy enamorado el hombre de una mujer que a menudo le dejaba por un irresistible galán que a su vez la abandonaba cuando encontraba nuevos labios donde dejar sus besos, Tancredo intentó suicidarse dos veces durante las espantadas de su amada. La primera dejó que un toro le corneara hasta hartarse, pero este don Tancredo era más duro que una verdadera estatua, y nada. Parece ser que fue el toro el que murió agotado por el cansancio. La segunda vez lo intentó ingiriendo un veneno que compró en una droguería. Y tampoco. Le entró una fuerte diarrea y tuvo que ser ingresado en un hospital. Cuando el médico vio el bote de veneno, le dijo: "Pero hombre de Dios, la próxima vez que quiera suicidarse cuide de que no le vendan un veneno con la fecha caducada". menez.mifotoblog.com

*Pintor