Nos lo vaticinan todos los gurús económicos: vamos a entrar en deflación. Para ello el IPC tiene que estar al menos 6 meses con incremento negativo. Los gurús (por cierto... ¿donde se consigue esa titulación?... ¿basta con la de anolisto económico?), nos quieren amedrentar con sus predicciones, pero van dando palos de ciego. Yo creo que se está partiendo de la premisa siguiente: el consumidor no va a querer comprar, porque espera a que los precios del producto sigan bajando. Vale, tiene su lógica; pero miremos por ejemplo un sector siempre en alza que toda su vida ha estado en deflación: me refiero al sector informático y electrónico. El que se compra un ordenador, un teléfono móvil, o una pantalla de plasma, sabe de sobra que ese producto el año próximo valdrá la mitad, ¿deja por ello de comprarlo? No, porque ha llegado a la conclusión, de que siempre va a salir algo nuevo y mejor, y por lo tanto... ¿va a esperar toda la vida para comprarlo? Si lo importante es el tiempo de disfrutarlo; el tiempo es el oro y no el dinero. Dile a un niño que no se compre la Play Station, dile que para el año próximo; el siguiente año querrá otra cosa más novedosa y pondrás la meta un año más tarde, y así siempre. Total: la vida pasa y seguiremos soñando.

No todo está tan mal: el precio del barril de petróleo ha bajado, el euribor también, los créditos se empiezan a conceder con intereses muy bajos, rebajan los productos de primera necesidad... pero el problema más grave es el paro. Por todo lo demás, se podría seguir consumiendo para reactivar la economía. ¿El ladrillo? Sí, es el sector más perjudicado, pero que hubiesen tenido un colchón de ahorro en los tiempos de vacas gordas, en vez de reinvertirlo todo y empufarse hasta las cejas. Su ambición les ha llevado a la ruina y ahora quieren que todos paguemos el pato.

Rafa Zamora Sancho **

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