La familia, pilar de la sociedad, es cuestionada en El País por el escritor Vicente Molina Foix, quien hace de ella un descarnado retrato: "Recreada con ilusión de eternidad en la paternidad, muy dispersa hoy en las redes del adulterio por chat, el divorcio al minuto...", se está recomponiendo gracias a los matrimonios gays, las familias monoporentales y las adopciones. Y añade: "Sólo la Iglesia católica de Wojtyla, el reforzado Opus Dei de san Josemaría y el Gobierno de su homónimo --tres fuerzas que algunos días parecen una sola-- siguen viendo en el antiguo régimen familiar no la prodigiosa lámpara de Aladino, sino el inmutable tarro de las esencias cristianas".

Y de una familia disgregada, piensan, salen jóvenes sin valores. Como los que nutren dos programas televisivos, Gran hermano y Operación triunfo, y que, según Francisco Umbral (El Mundo ), representan las dos mitades en que se divide la juventud española. "Todos ociosos, porque hay paro y no saben hacer muchas cosas; pero unos, abandonados, vestidos de perdedores, arruinados humanamente a los 20 años, y otros, vestiditos, disciplinados, modernos en plan fino y entregados a la trampa del consumo. Dos sueños imposibles cultivados por las TV".

Para sueño el de Anthony Blake, quien montó en Antena 3 el numerito de adivinar el gordo de la Lotería. En La Razón se le invita a hacerlo con el ganador de las elecciones. El responde: "Nunca haré nada parecido. Con los políticos me llevo lo justito. No tienen mucha credibilidad. Les creen menos que a mí". Eso sí es preocupante.