TEtl Teatro Romano de Mérida y, concretamente, su festival, legendario entre los grandes foros clásicos hoy es más que nunca la seña cultural de la Comunidad de Extremadura. Cada verano constituye la cita para rememorar a los grandes clásicos, siempre actuales para hacer vibrar esa cultura mediterránea milenaria. Para los extremeños, el Festival Clásico de Mérida constituye la cita ineludible de nuestro mayor acervo cultural.

Cada año ese foro que es el Teatro Clásico de Mérida se convierte en el escenario de la filosofía, de la historia, de los sentimientos humanos, bajo la batuta de grandes directores, actores y actrices; que con un trabajo excepcional nos trasladan viejas épicas a nuestra contemporaneidad. De ahí que cada verano la cita con este festival siga siendo reclamo de un público masivo y que aprecia lo que allí se interpreta. Y, además, en un escenario incomparable, que entiendo es el mejor ofrecimiento que se puede hacer a cualquier actor y actriz para llevar el texto de los clásicos, con su voz y representación, a todos aquellos que nos congregamos en torno a este magnífico festival.

En las distintas representaciones teatrales he podido aprender de la naturaleza humana y de su secuencia vital, casi repetitiva a lo largo de la historia. La venganza, la maldad, el heroísmo, el sacrificio, el amor fraternal o maternal han sido constante en cada una de las grandes adaptaciones de los clásicos. Y todo ello, bajo la luna que refleja el deambular en cada una de las piedras que posan la historia de años y años de gentes que vivieron antes que los que ahora asistimos como público al Teatro de Mérida.

Tengo que reconocer que valoro en especial ese interés en hacernos comprensible a los grandes autores de la historia de la humanidad, un esfuerzo que no siempre es fácil de entender porque vivimos en realidades diferentes. No obstante, con la interpretación de esos grandes actores y actrices de nuestro país una siente cercana otras épocas contemporáneas. Estas historias que hablan, muchas de ellas, de la capacidad de sufrimiento del ser humano en su más amplio sentido del término.

XTENGO QUEx reconocer el valor, como espectadora de estos grandes de la interpretación en España, pero, permítanme como espectadora, valorar al público que asiste a las distintas sesiones en Mérida. Un público que entiende, que aprecia y que acumula con su silencio la buena tradición de la escenografía en la que se encuentra como un privilegio. Es la magia de este teatro, y es la magia de una región que ha sabido convivir con la cultura que proyecta este Teatro Romano, y que la hace grande entre los grandes eventos culturales a nivel internacional.

Especialmente ahora que tanto se habla de las dificultades económicas, y parece, en ocasiones, cuestionarse la inversión en cultura, he de reconocer que todo lo que se pueda invertir como ciudadana y como asistente a estas representaciones merece la pena. Forma parte del acervo cultural más significativo de Extremadura, y todo el empeño que hagamos pos apostar por él siempre merecerá la pena.

Recuerdo en un viaje a Venecia, dentro de su Festival de Cine, charlar con un conocido director que la referencia que tenía de España fue una representación en el Mérida, en julio, sobre una obra de Shakespeare, aquello me emocionó y me dio prueba evidente de lo que significa como referente mundial esta parte de la historia de Extremadura, una historia milenaria que se repite cada verano, desde hace muchos, y que siempre y en diferentes ocasiones me hace volver a mis orígenes. Pues, desde pequeña he asistido, por la proximidad a este festival, y he visto cómo se ha ido engrandeciendo y de ser una apuesta de los más elitistas, hoy se ha convertido en un verdadero espectáculo de masas, capaz de engatusar a todos aquellos que miran la cultura clásica como algo del pasado, sin reconocer en ella lo más próximo que tenemos por ser el germen de nuestra cultura más cercana. De ahí que se les llame clásicos, porque están presentes, con una evolución temporal constante, a la que contribuyen, de forma magnífica, las grandes e importantes adaptaciones de sus obras que de ellos hacen.