TAt diario, sobre las tres de la tarde, la familia se sienta a la mesa a comer. Es la típica familia española idealizada de ahora: padre, madre, un hijo y una hija. El padre hoy se retrasará un poco. La televisión, que apenas descansa a lo largo del día, emite un telediario más. Lo de siempre: el PSOE sigue con el proceso de diálogo y negociación con ETA para llegar a un acuerdo de paz consolidada, el PP sigue pensando que el Ejecutivo está jugando sucio y manifiesta su desacuerdo con el proceso --¿a saber que hubieran hecho ellos de haber estado gobernando si se les hubiese presentado esta oportunidad?--; nuevos cayucos cargados de subsaharianos desembarcan en Canarias; nuevos incendios arrasan el país; el conflicto de Oriente Próximo se recrudece, Israel bombardea Beirut y causa la muerte de decenas de civiles; las milicias libanesas de Hizbolá disparan numerosos misiles y hieren a varias personas en Haifa- Justo en ese momento la pantalla del televisor muestra un niño que ha sido alcanzado y herido de gravedad por la metralla de un misil, su padre, que llora desconsoladamente, le lleva en brazos. La madre de familia le dice a su hijo que cambie de cadena, que últimamente el telediario siempre les tiene que amargar la comida exhibiendo esas imágenes tan desagradables. El chico le dice que no porque enseguida emitirán los deportes y quiere saber si el Real Madrid ha fichado a algún nuevo jugador. Llega el padre, se sienta y mientras la madre le sirve, pregunta instintivamente: "¿Qué han dicho en el telediario?". "Lo de siempre", contesta el hijo de forma maquinal. Comienza el espacio deportivo. El padre se queja de que cada vez los telediarios dedican más tiempo a los deportes: "Al espacio deportivo de los telediarios le ocurre como al pueblo de Israel, la ONU les concedió en 1948 parte de Palestina para que formaran su Estado, pero les pareció pequeño, y gracias a que mueven mucho dinero, se han ido anexionando ilegítimamente más territorio palestino".

*Pintor