VANDALOS Y PASOTASEN CACERES

Parece que parte de la agitada noche cacereña se ha trasladado al ferial, según leo en el periódico. Me parece muy bien que, por fin, no se moleste siempre a los mismos, aunque habría que dudar mucho sobre el trato de favor que han recibido algunos empresarios por parte del ayuntamiento. De todas formas, el problema del vandalismo que padecemos todos los fines de semana no parece tener remedio, por mucho que hagamos todos llamamientos a la coherencia y al pacifismo. Les pongo el último ejemplo: durante al menos dos días he visto cómo una señal que habitualmente se puede ver en la calle Santa Joaquina de Vedruna, que indica el peligro para los coches de pasar por un centro escolar (Las Carmelitas) ha estado literalmente tirada junto a una acera. No entiendo, primero, cómo puede haber tanto cafre que sólo piensa en destrozar. Y, segundo, tampoco comprendo cómo ha podido permanecer la señal tanto tiempo por ahí tirada, sin que nadie la retirara. ¿Es que nadie se ha pasado por ahí, ni de la policía ni del ayuntamiento? No me gustan los vándalos, pero tampoco los pasotas.

JUAN SANCHEZ. Cáceres