WEwl partido de fútbol entre el Real Madrid y la Real Sociedad se suspendió pocos minutos antes de finalizar por una amenaza de bomba en el estadio Bernabéu que los expertos consideraron creíble. La llamada al diario Gara en nombre de ETA podía de ser cierta, por lo que fue lógico interrumpir y desalojar. El público salió inmediatamente del estadio con preocupación pero sin incidentes por pánico. Luego resultó ser una falsa alarma que incluso podía no proceder de la banda terrorista. De momento es difícil saber si se trató de una broma irresponsable o de un intento de boicotear el partido.

La zozobra de Madrid se extendió a toda España. Hace sólo siete meses la capital española sufrió el atentado mas salvaje de la historia de Europa, por lo que existe hipersensibilidad ante cualquier amenaza y capacidad de reaccionar con sensatez. Además, hace pocos días ETA exhibió su siniestra capacidad de intimidación poniendo petardos en diversas gasolineras. Lo de ayer era verosímil por sus precedentes inmediatos. En cualquier caso, tras este desalojo se puede abrir una dinámica de situaciones parecidas si no se tipifican con la suficiente dureza y claridad estas graves alteraciones del orden.