Aroma a miel, clavo, matalauva, limón, naranja y anís, así recuerdo la Nochebuena mientras mi madre, mis tías y mi abuela sacaban bandeja tras bandeja de pestiños que repartían entre vecinos, amigos y familiares. Mientras, mis hermanos y primos corríamos por casa intentando descubrir dónde habían escondido los regalos, no los de Papá Noel, entonces no había nacido. Llegaba la tarde de tele y sin discutir, sólo había una cadena. Cabeza con cabeza, los que más suerte tenían podían apoyar su mejilla junto a la cálida bata de uno de los «mayores», que sin ton ni son, te besaba en la cabeza cada media hora aproximadamente, entonces no sabíamos por qué. Ahora sabemos que era el recuerdo de los seres queridos que no pudieron acompañarnos y a los que besaban reencarnados en el futuro que nos dejaron. Y corriendo a poner la mesa, todos a tiempo para la Misa del Gallo.

Es Navidad y vuelta a empezar, paseo para nosotros, abrazos y sonrisas complacientes para el resto, anécdotas, abrazos, olor a asado, mesas que parecieran de película de antaño y una sobremesa que se alargaba hasta el atardecer, cuando el abrigo nuevo azul, trenka que se decía, era impuesto hiciera el frío que hiciera, con su gorro correspondiente. Luces y belenes, calle arriba, calle abajo.

Es Nochevieja, el teléfono no para de sonar, el teléfono no para de llamar y ahora sí corremos más. Cambiamos los pestiños árabe por los canapés, mariscos y lo que ahora llamaríamos platos «Master Chef». Los besos en la cabeza se tornan en bromas, chistes y abrazos. Despedimos el año que siempre fue malo pensando que el que entra será mejor. Nosotros, niños, sabíamos era la cuenta atrás para Reyes.

Y llegaba Reyes, no sabíamos qué nos tocaría, no sabíamos si acertarían, pero siempre acertaban y siempre cogías el que más te había gustado para bajarlo a la calle, donde todos compartíamos nuestros juguetes, pues eran juguetes de calle, de compartir, de interactuar.

Era el tempo de la Navidad. Hoy de adulto, los tiempos han variado, todo me parece más rápido, más apresurado, pero quiero pensar que es igual que antes, con otra perspectiva, por eso doy gracias por todos aquellos que a pesar de las circunstancias me enseñaron lo que significa estas fechas, a los que hoy están y a los que me esperan.

*Maestro