Las muertes de tres poetas simbolizan algunas de las modalidades represivas puestas en marcha por las tropas sublevadas el 17 de julio de 1936 y que condujo a lo que conocemos por Guerra Civil Española: la de Miguel Hernández, que murió en la Reformatorio de Adultos (bonito nombre) de Alicante como consecuencia de una tuberculosis, la mañana del 28 de marzo de 1942, con tan sólo 31 años de edad; la de Antonio Machado producida, también por enfermedad, el 22 de febrero de 1939 cuando este tenía 63 años y estaba exiliado en la localidad francesa de Colliure y la de Federico García Lorca cuando contaba con 38 años de edad.

En el Certificado de Defunción del poeta se afirma que "falleció en el mes de agosto de 1936 a consecuencia de heridas producidas por hecho de guerra, siendo encontrado el cadáver el día veinte del mismo mes en la carretera de Viznar a Alfacar". Todas las circunstancias que rodearon a lo que la documentación oficial llama "hecho de guerra" y que no fue otra cosa que un asesinato, un vulgar y cobarde crimen, han estado desde el principio rodeadas de incógnitas que poco a poco y gracias a las investigaciones de historiadores e hispanistas se van aclarando.

Con independencia de la fecha (entre el 16 y 20 de agosto), quien o quienes fueron los autores intelectuales y los materiales, que se localicen sus restos mortales, que se exhumen o no, lo cierto es que fue temprano como escribió, aunque por la muerte de su amigo Sijé, Miguel Hernández:

Temprano levantó la muerte el vuelo/ temprano madrugó la madrugada,/ temprano estás rodando por el suelo.José M Sánchez y Torreño **Plasencia