El anuncio de la curación de un niño de 6 años afectado de leucemia linfoblástica aguda en el Hospital Sant Joan de Déu nos llega como una excelente noticia por diversas razones. Se trata del primer caso de éxito de un paciente pediátrico tratado con la innovadora terapia CAR-T 19 con la financiación pública que desde hace pocos meses anunció el Ministerio de Sanidad, y abre la puerta de la esperanza no solo a otros niños aquejados del cáncer más frecuente en esta edad, facilitando el acceso a los medicamentos promovidos por farmacéuticas privadas con apoyo público en centros de referencia, sino que significa, además, un paso más, y muy importante, en la investigación de los tratamientos a base de inmunoterapia. Se pone en marcha cuando se han demostrado como insuficientes la quimioterapia y el trasplante de médula y consiste en modificar los linfocitos T, previamente obtenidos por separación de los componentes de la sangre, para que sean modificados genéticamente y puedan actuar como agentes destructores de la molécula tumoral. La asunción por la Administración de la financiación de estas terapias marca una línea de actuación que debe ser conjunta en un entorno público-privado en beneficio de toda la población a coste asequible. Y con la perspectiva de una colaboración efectiva que sirva, además, para intensificar los esfuerzos en los llamados tumores sólidos.