XExs posible que yo vea las cosas de otra manera en esto de recalificar suelo. Lo admito y me gustaría que alguien me aclarara bien las cosas y que así pudiéramos llevar a la ciudadanía la evidencia de que se ha obrado con equidad y justicia, pero, sobre todo, atendiendo los intereses generales. Y es que sigo sin ver los beneficios, para la mayoría, que nos aporta la recalificación de los terrenos de Carcesa-Mérida, en los términos que, en primera instancia, va a aprobar el ayuntamiento.

Aquí estamos hablando de recalificar 104.000 metros cuadrados para uso residencial y 37.000 para terciarios. Estos son los datos que tengo. Todo ello por hacer una factoría que cuesta dos mil y pico de millones de pesetas. ¡No está nada mal lo que se consigue, en un espacio excepcional, en un momento de alta demanda de viviendas y con magníficas expectativas para situar en el suelo terciario hoteles, grandes superficies o servicios indeterminados. O sea, que para algunos la fortuna es conseguir este suelo. Para la inmensa mayoría pagar sus hipotecas.

Nada tendría que objetar a esta historia si el suelo fuera otro. Pero este suelo fue, en origen, municipal, y ello obligaría a otros enfoques, máxime ahora, cuando se habla de nuevas políticas de viviendas, de poner suelo en el mercado para viviendas de protección oficial o precios limitados. Es en ese nuevo "laboratorio" donde debería haberse encajado el suelo de Carcesa. Es decir, suelo para viviendas más asequibles, garantizando la nueva factoría. Lo que pasa es que falta de voluntad política para lidiar este toro. O sobran otras cosas, porque no puedo entender la operación tan superfavorable para quienes tengan la fortuna de poseer ese suelo a cambio de tan poco. Quizá lo que sobre es desconocimiento de este tipo de asuntos. Y no comprendo la aparente "bondad" de la propiedad, al menos en lo que aflora oficialmente. No sabemos si habrá pactos bajo el tablero.

En tiempos se intentó otra recalificación. Era alcalde quien firma este artículo. La vocación era de viviendas de VPO porque entonces ahí, en ese segmento, estaba la demanda. Había cesión de suelo al ayuntamiento para poder construir en ellos trescientas cincuenta viviendas. También, como es lógico, todas las cesiones para equipamientos. Además, los "edificios nobles" rehabilitados para usos culturales. Era una buena operación. Ahora, las cosas son diferentes. La demanda de viviendas se ha disparado por los bajos tipos de interés. Las rentas familiares están hipotecadas a niveles graves, para el caso de que subieran los tipos. El nuevo gobierno habla de suelo público. ¿Es que aquí, en Mérida, en los terrenos de Carcesa, no valdría la pena una orientación diferente a la que se ha previsto?

Es curioso, pero nos hemos quedado sin las industrias del corcho, tan tradicionales en Mérida. Y sin doscientos puestos de trabajo. Y también es curioso que en las latas de productos de Carcesa-Mérida ya ni siquiera aparece el nombre de la ciudad. Valga esto como simple anécdota para que no vayan a pensar los ingenuos que, como en la primera constitución, todos somos "justos y benéficos". Seguro que no es verdad y por eso mi humilde y honorable petición, en favor de la ciudad y sus gentes, es que este asunto se estudie mucho más. Que no se justifique una decisión municipal, dicho sea con todo respeto a las personas, por lo "bonito que va a quedar ese espacio", que entre otras cosas "pide a gritos un hotel". Eso ya se sabe. El asunto es como se hace, sobre unos terrenos que un día fueron del común de los emeritenses. O sea, de propios municipales.

*Exalcalde de Mérida