TSte llamaba Ramón Baglietto y un día de 1972, en Azpeitia, salvó la vida a un niño, llamado Cándido Azpiazu , cuando su madre fue atropellada por un camión al intentar salvar a otro de sus hijos. Cándido tenía un año y dos meses y era una inocente criatura. Dieciocho años después, el 13 de mayo de 1980, Ramón Baglietto fue asesinado de un tiro en la nuca por un cachorro de ETA llamado Cándido Azpiazu. Fue condenado a 49 años de cárcel y a una multa de 12.000 euros, así como a indemnizar a los herederos de su víctima con otros 63.000 euros.

Cándido cumplió en prisión 15 de los 49 años y salió en libertad. No podía devolver la vida a Ramón y nunca pagó un euro de indemnización porque se declaró insolvente. Diez años después, este asesino, que seguía sin pagar su deuda con los herederos de las víctimas, se compró una tienda en los bajos de la vivienda de Pilar Elías , la viuda de Ramón, pagando 120.000 euros por el establecimiento.

Nadie del PNV, de Herri Batasuna, del Gobierno vasco dijo e hizo nada cuando se supo la noticia. El alto comisionado para las víctimas, Gregorio Peces Barba , no llamó a Pilar, concejal del PP en Azpeitia, para darle ánimos y ponerse a su disposición. La sala de lo Penal, de oficio, y la Fiscalía decidieron instar a que Azpiazu pagara la indemnización a que fue condenado en su momento y reclamaron el embargo de su negocio y las cuentas que tiene en La Caixa. Ahora sabemos que la Audiencia Nacional estudia embargar las cuentas de este asesino, pero se nos dice que existe una alta posibilidad de que no se consiga nada porque el pago de la indemnización habría prescrito ya.

Así que Pilar Elías, viuda de Ramón Baglieto, asesinado por la espalda por el niño al que salvó la vida, estará obligada de por vida a encontrarse todos los días con el asesino de su marido. A recordar que ese hombre está vivo gracias a Ramón. A sufrir su mirada intimidatoria, incluso en las juntas de vecinos. A sentirse amenazada por su presencia. Y a ver cómo gana dinero el hombre que ni siquiera pudo indemnizarla por ser insolvente . Y cuando ese tal Azpiazu se ríe de Pilar y de todas las víctimas, no podemos hacer nada. El verdugo ha ganado la batalla a las víctimas.

*Periodista