Hay un tiempo para cada cosa y junio es tiempo de despedidas. Decimos adiós al curso y los profesores nos afanamos en completar informes, memorias y evaluaciones, deseosos de un descanso que el trabajo exigente y constante con los jóvenes hace necesario. Les evaluamos a ellos. También nuestra tarea. Recapacitamos sobre lo que pudimos hacer mejor y no supimos, qué nos faltó para motivarles, en qué momento nos falló la ilusión, cuántas veces olvidamos lo importante para centrarnos en lo urgente, por qué no supimos recobrar la memoria de lo que fuimos y sentimos a su edad, relativizar sus fallos, valorar sus esfuerzos, sobreponernos al tedio de las clases y la rutina devoradora, innovar con ilusión e imaginación, asumiendo que los chicos de ahora no son lo que nosotros fuimos pero se parecen y que aunque con otros intereses, otro entorno difícil, se merecen que nos dejemos la piel. Porque siempre hubo tiempos malos y este no va a ser el peor. Porque ellos tienen juventud, alegría y futuro. Un futuro que depende en gran medida de ellos, sí, pero también de los valores que sepamos imbuirles con las letras, las ciencias y sobre todo con el ejemplo. Constatamos que siempre se puede hacer mejor y que la veteranía no implica estar de vuelta de todo. Programamos las actividades para septiembre, buscamos los libros más didácticos, nos ponemos al día en nuevas tecnologías, ese milagro moderno contra la desmotivación pero que habrá que usar con criterio y sabiduría. Llega también la hora de la reflexión sobre el sistema. De preguntarnos si algunas cosas deberían cambiar. Si los responsables educativos valoraron equivocadamente algunas medidas. Y coincido con muchos compañeros en que adelantando la evaluación extraordinaria a junio, Extremadura se columpió. Falta de tiempo por los exámenes, el teatro, que tanto les motiva, se quedó en el tintero. Evaluación ordinaria y a la semana extraordinaria. Ellos, nerviosos, acalorados y agotados no rendían. Mejor septiembre. Y concluyo que hay un tiempo para cada cosa. También para rectificar.