Uno es mis placeres es ir los sábados a la compra y la pescadería. Dirán ustedes que a cuento de que viene esto cuando se supone que este es un artículo de fondo o reflexión sobre temas importantes. Pues creo que ha llegado la hora de reivindicar, sin que suene a discurso político barato, el aprendizaje que supone escuchar a la gente. Participes o no en la conversación, el sano ejercicio de atender lo que otros dicen significa a la larga y a la corta que la vida respira más de allá de nuestras narices y preocupaciones. Felipe, del supermercado de la calle Moret en Cáceres, me despacha la carne y los embutidos. Es un profesional como la copa de un pino. A veces nos ponemos de acuerdo en pocos minutos cuando hablamos de asuntos tan cotidianos para un autónomo como pagar impuestos o lo difícil que lo tiene su hija, que opositó hace unos meses. Creo que él sufrió más que ella hasta conseguirlo. Sin duda, han sido sus cientos de horas de trabajo las que seguro han contribuido a que ella tenga ahora el estatus laboral que perseguía.

La señora que llega a la pescadería de Salgado en la plaza de San Juan pregunta por el precio de la dorada que, como es norma de la casa, tiene una pintaza. De hecho, yo me llevaré después un par de ellas a casa porque la señora me ha puesto en pista de lo que es saber comprar. El joven que me atiende habitualmente, demostrando una destreza de campeonato limpiando el pescado, me habla de los regalos de Navidad que ya ha encargado por internet. Estamos de acuerdo en que el comercio online nos salva a quienes no nos gusta ir de tiendas. A veces, le pregunto si tiene clientas de su edad. Es mi broma favorita para quitarle hierro a los madrugones que se mete para el cuerpo.

Cuando voy a la panadería, la chica que me vende la barra y los dulces me llama cariño. No me conoce de nada, pero agradezco que me lo diga, aunque luego me llame de usted. Es dar una de cal y otra de arena, aunque me parece que esas ganas de empatizar harán que más de un cliente vuelva al día siguiente, solo por los cariños que regala. Definitivamente, creo que debo salir más a la compra. Vuelvo convencido de que he gastado dinero pero, sobre todo, que hay gente que hace que nuestra vida sea más fácil y bonita.

*Periodista.