En 1975 Delibes pronunciaba estas estremecedoras palabras: "El objetivo de los pueblos en competencia es acertar con un arma lo suficientemente eficaz como para resolver un conflicto en pocos minutos, aun poniendo en peligro la vida sobre el planeta". La Tierra, creada por Dios en el principio o nacida de un cataclismo, hija de tenue nube de gas y polvo, planeta azul, altivo y maltratado joven de 4.750 millones de años en un universo de 14.000. Gigantesca canica, durante siglos centro del universo --("y sin embargo se mueve")--, minúscula en el Brazo de Orión de la Vía Láctea. Vértigo y años luz, delirio de estrellas en la inmensa oscuridad, sometida a glaciaciones, olas de calor y seísmos, diosa que devora y vomita sus propias tripas, orgullosa de mar y fecunda de frutos que ofrece a sus hijos, a los que a veces, vengativa, engulle como Saturno. Generosa y terrible, hermosa, fuerte, acogedora, hostil. Testigo mudo y elocuente de tanto odio y tanto amor, de tanto bien y tanto mal. Anciana, querida y para siempre nuestra, madre tierra. Ahora el conjunto entero de naciones en las que te ha dividido tu hijo más racional y fratricida, percibe con horror que estás amenazada por un ridículo ególatra y siniestro personajillo que desde el mismo eje del mal ensaya ensayos asesinos, ataca el mar, destruye vida, envenena aire. Terrible escándalo que ose retar al universo mundo este delincuente comunista que con ello chantajea y desafía, no sólo a su vecina del Sur sino a todos. Claro que el bien tarda en aprenderse y el mal se extiende vertiginoso. El mandatario de impronunciable nombre ha tenido como maestros todos los prestigiosos y ahora indignados países que antes que él y sin pedir permiso a nadie han realizado ensayos con armas nucleares de diversa potencia: Estados Unidos: más de 1.045 pruebas y ¡2 ataques!, Unión Soviética: entre 700 y 1.000, Francia: 210 (todas lejos de Europa), Gran Bretaña: 45 (la mitad en Australia), China: 45, India: 5 o 6, Pakistán: 3 o 6. ¡Siempre la eterna, indestructible e irredenta hipocresía humana!