Escribo en nombre de los muchos ciudadanos a los que últimamente nos falta parte de ilusión, algo de esperanza en el futuro, y sobre todo la alegría de la libertad. Todo es fruto de los desengaños que vivimos en el día a día. Las noticias que nos llegan son desalentadoras. Hace tiempo supimos que el 90% de nuestra producción agrícola está controlada por tres de las grandes cadenas comerciales : Eroski, Mercadona y Carrefour. En Andalucía se ha detectado que los grupos compradores de aceite han pactado los precios de compra, hecho que perjudica enormemente a productores y olivareros.

Hace años que ya ocurrió algo parecido en el sector de la leche, y claro está, todas estas clases de pactos están provocando la ruina de agricultores y ganaderos, así como la desesperación de los consumidores, quienes tienen que pagar precios abusivos. Y ya puestos, podríamos hablar de los carburantes, sector en el que se respetan muy mucho las subidas de precios, pero no las bajadas.

Todos sabemos, que es opinión generalizada entre los ciudadanos, que las compañías distribuidoras de gasolinas tienen firmados acuerdos de "no competencia", puesto que entre unas y otras las diferencias en sus precios pueden representar un par de míseros céntimos. Ahora nos hablan de la liberalización de la energía eléctrica y de que podemos elegir compañía que la suministre, a lo que respondemos : "que no nos tomen el pelo", que ya se encargarán ellas solas de no hacerse la competencia.

Pareciera que la cacareada "liberalización de mercados" y su parienta la "globalización" nos estén empujando a la "esclavitud del siglo XXI".

Antonio José Fuentes Herrera **

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